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Pekín 2008 | Piragüismo

David Cal se lleva una plata que le sabe a poco

El gallego perdió ante el húngaro Vajda en C1-1.000

Actualizado a
David Cal al término de la prueba
Pepe andrés

David no se tira faroles. Dijo que venía a por dos oros. No matas el cuerpo cuatro años para empeorar lo que tenías, pero no vamos a sentirnos frustrados por una plata". Suso Morlán, técnico de Cal, sintetizó la sensación agridulce que recorría ayer el canal de Shunyi. Es difícil de entender que una plata sea poco digerible, pero es que el Hércules de 25 años sólo tenía en mente repetir como campeón olímpico de C1-1.000.

Sin embargo, en su camino se cruzó un magiar de nombre y aspecto terrible: Attila Vajda. El ídolo que ha adoptado Hungría después de la desgraciada pérdida de Gyorgy Kolonics, su doble campeón olímpico que murió con 36 años en julio de un infarto. Attila, prohibiciones del COI por montera, llevaba un brazalete negro en su brazo. Su victoria era posible, porque no es un cualquiera, sino bronce en Atenas y oro en C1-1.000 en el último Campeonato del Mundo.

Cal quería una regata rápida, pero no la tuvo. Attila entró en 3:50.467, el gallego pasó 2.2 segundos más tarde y el canadiense Hall a 3.1. El español funde a los acorazados del Este cuando se va en torno al 3:45. Las razones de la plata, que se anunciaba oro al ritmo frenético de 'Autopista hacia el infierno' de AC/DC, hubo que buscarlas en una salida lenta y en un ligero viento lateral que ralentizó la prueba unas cuatro décimas por cada 100 metros, lo que se tradujo en cuatro o cinco segundos más de carrera que jugada con el húngaro al sprint era una moneda al aire que salió cruz.

El 'molinillo' no pudo ir a más

El secreto de Cal radica en que su frecuencia de paleo es la más alta entre los canoístas de élite. Ayer, el ligero viento que soplaba de costado trastocó los planes del gallego. "Venía dos o tres paladas por minuto por debajo de lo que tenía que marcar. Suele dar 65 o 66 y ha venido a 62 o 63. Cuando el viento es nulo o a favor, eso le hace volar", explica su preparador, Suso Morlán. Los rivales de David suelen conseguir hundir la pala entre 60 y 62 veces por minuto. Su técnico define esta técnica como palear "a lo africano" comparándole con los grandes fondistas del continente negro.