fútbol
La Premier, el terreno menos propicio para una estrella brasileña
No se recuerda a los grandes futbolistas brasileños de los últimos años jugando en una Premier League que no ha vivido en primera persona las exhibiciones mágicas de los Rivaldo, Ronaldo, Raí, Bebeto, Roberto Carlos, Ronaldinho, Romario... aunque sí han sufrido a estas estrellas en las competiciones europeas.
Robinho ha declarado que quiere jugar en el Chelsea y que su máxima ilusión es jugar en la Premier League. Si finalmente el delantero consigue su objetivo, no sólo tendrá que enfrentarse a las defensas rivales sino que se las verá también con una tradición que indica que la liga inglesa no es el mejor escaparate para los jugadores brasileños.
La relación comercial de Brasil con Inglaterra nunca ha sido especialmente fluida en lo que se refiere a uno de sus principales activos de exportación: los futbolistas. Un hecho curioso si se tiene en cuenta que casi 400 brasileños emigran cada año con destino a clubes extranjeros, mayoritariamente europeos. De hecho, hay casi tantos jugadores brasileños en la Champions League como en la Copa Libertadores, donde participan seis equipos del país sudamericano. Hay quien ha apuntado al tipo de fútbol, más vivo y de espacios y por lo tanto menos apto para el toque brasileño. Hay quien apunta también a factores que tienen menos que ver con lo que sucede dentro del campo de fútbol: el estilo de vida, la comida o el clima, con sus cielos grises y sus constantes lluvias que ayudan poco a esos futbolistas tan tendentes muchas veces a la saudade, al recuerdo de un hogar al que les cuesta mucho menos comparar con las costumbres de los países mediterráneos, no digamos de Portugal, donde incluso la lengua les sirve como ayuda para la integración.
Sea de una u otra forma, no se recuerda a los grandes futbolistas brasileños de los últimos años jugando en una Premier League que no ha vivido en primera persona las exhibiciones mágicas de los Rivaldo, Ronaldo, Raí, Bebeto, Roberto Carlos, Ronaldinho, Romario... aunque sí han sufrido a estas estrellas en las competiciones europeas. De hecho, los comparativamente pocos jugadores brasileños que pasan por la Premier League son más jugadores complementarios que estrellas. Estas, además, no suelen tener un rendimiento alto, como demuestra el caso de Juninho, que no pudo cubrir las expectativas creadas con su fichaje por el Middlesbrough. Por eso es mucho más fácil encontrarse con piezas de segundo nivel que no han tenido éxito en otras ligas europeas. Ahí están los casos de Rochenback y Giovanni, que tampoco pudieron relanzar en las islas una trayectoria que se frenó con su llegada al Barcelona. O, a falta de grandes nombres que lideren a sus equipos o que destaquen en la tabla de goleadores (ni siquiera Jardel, infalible en Portugal y Turquía y cegado en el Bolton), con buenos jugadores de rendimiento más o menos positivo. Arsene Wenger lo ha intentado en el Arsenal con cierto éxito (Gilberto Silva, Silvinho) o sin él (Baptista, un jugador que parecía que podía adaptarse bien al estilo de la Premier), y ahora parece haber encontrado una joya en el brasileño, pero croata de nacionalidad, Eduardo da Silva, cuya carrera está en punto muerto tras una terrorífica entrada de Martin Taylor.
Poco a poco, el resto de grandes equipos de la Premier van contando con un mayor número de jugadores brasileños. El Manchester, referencia la pasada temporada en Inglaterra y Europa, apostó muy fuerte por Anderson, un joven de 20 años lleno de un talento que sólo ha mostrado en pequeñas dosis en los 24 partidos que ha disputado en su primera temporada a las órdenes de Alex Ferguson. Rafa Benítez pescó en España a Fabio Aurelio, cuyo rendimiento nunca ha sido el de sus mejores momentos en el Valencia. Quizá por eso ha reforzado este año el lateral izquierdo con el veterano y más sobrio Dossena. Mientras, tampoco Lucas Leiva asienta su fino manejo del balón en la medular de Anfield.
Así las cosas, parece que Manchester City y Chelsea son los más interesados en mirar hacia el mercado brasileño. El hermano pobre del United no consiguió convencer a Ronaldinho después de atraer al Barcelona a base de ofertas de lo más suculentas. Para compensarlo, cuenta con dos nombres interesantes: Elano, pescado del Shaktar Donest y el goleador Jo, sacado a golpe de talonario del CSKA de Moscú. Y es que, si Inglaterra no parece el mejor lugar para los generalmente bulliciosos brasileños, sí parece al menos algo más apropiado que la gélida Rusia.
Y el Chelsea, finalmente. De la mano de Scolari y tras amarrar a un brasileño de corazón y fútbol como Deco, los de Abramovich han mirado hacia Robinho y Kaka como posibles banderas del proyecto que desbanque al Manchester en Inglaterra y le dé por fin al magnate ruso la Champions League, el único capricho que todavía no ha podido comprar con dinero. Con Alex ya en plantilla y el ex seleccionador en el banquillo, los blues buscan magia carioca para la delantera, ya sea la seda de Kaka (se siguen filtrando rumores sobre ofertas mareantes), ya sean las bicicletas de Robinho, que parece convencido por los petrodólares de Abramovich y que tensa la cuerda en Madrid.