"Wei no es invencible, falló en Atenas 2004"

Llegó la hora de pisar el National Indoor Stadium. Y ahora va en serio.

No sabe las ganas que tenía de que llegara este momento.

De Atenas a Pekín, cuatro años que en gimnasia es un mundo. ¿En qué ha cambiado?

En experiencia. A Atenas fui a disfrutar y aquí a conseguir objetivos.

¿En qué ha mejorado?

En saber competir. Además, me he especializado en ciertos aparatos (suelo, potro y barra).

Son de los primeros en debutar, al día siguiente de la inauguración. Se la pierden.

Claro. Esa fue la razón por la que Gervi (Deferr) pidió no ser el abanderado. No hubo otra pese a lo que piense la gente. Competimos en la primera subdivisión junto a EE UU e Italia.

¿Cuáles son los principales?

Los asiáticos, cómo no, con el chino Yang Wei y el japonés Hiroyuki Tomita al frente, y el alemán Fabian Hambüchen. Paul Hamm, que fue campeón olímpico en Atenas, causó baja hace nada por una lesión.

¿Yang Wei es imbatible?

No, pero está fuerte. Falló en Alemania y en Atenas 2004.

Los asiáticos son el gran enigma, el ogro absoluto.

De por sí se lo llevan todo, así que imagínese cómo van competir en estos Juegos. A tope.

¿Podrá hacerlo usted también? Lo digo por su lesión.

Me rompí un dedo de la mano izquierda. Me operaron y he competido en seis ocasiones, así que creo que estoy listo.

Cuando sueña su ejercicio perfecto, ¿en qué aparato es?

En ninguno en concreto, pero posiblemente sería en alguno de los tres en los que me he especializado.

Usted y Deferr lideran al equipo, ¿más presión?

No. Gervi ha ganado dos oros y ahora opta a un tercero y a mí, la medalla se me ha escapado por una o dos décimas.

Eso puede ser muy poco, pero también un mundo.

Espero que sea una distancia salvable que me permita una medalla. Sueño con ello. Las fiestas de Móstoles serían un excelente lugar para celebrar que he conseguido medalla.

Yo llevo algo para poder brindar.

Hecho. Está invitado.