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Golf | Open de Francia

Pablo Larrazábal gana en Versalles más que un torneo

Recital y billete para el British

<b>ESTRENO FELIZ. </b>Pablo Larrazábal, con el trofeo de campeón.

Calidad, desparpajo y rebeldía", nos escribe un amigo en plena euforia golfística de domingo. Se refiere a Pablo Larrazábal Corominas que ayer, en el día de su Santo, se confirmó como la estrella emergente del golf español por diversas cuestiones: no sólo por ganar el Open de Francia a sus 25 años ante nombres como Colin Montgomerie o Lee Westwood, sino por la calidad de su juego, la categoría de su putter, el dominio de la suerte y, por qué no, por ser hijo y hermano de quien es.

Gustavo y Elena, sus padres, son campeones de todo en categoría aficionado. Su hermano, Alejandro, Larry, fue el ganador del British Amateur en 2002. Un año después pudo jugar el Masters de Augusta con Pablo de caddie. Todos ellos, y Gala, su novia, estaban en el green del 18 del Golf National de Versalles, contribuyendo en el esfuerzo de Gonzalo Fernández-Castaño y Nacho Garrido por mandar a Pablo al agua con el triunfo en el bolsillo. Detrás, en un segundo plano, aguardaba Román Tayá, el profesional de El Prat que le ha dado a Larrazábal la vuelta de tuerca que necesitaba para ganar. "Hoy dormiré con mi putter", dijo.

Larrazábal calló a Montgomerie, que dudó de su capacidad para aguantar la presión, se embolsó 666.000 euros, y ganó el billete para el Open Británico. Ya es séptimo en la Orden de Mérito.