Los Europeos de piragüismo en Milán, que finalizan hoy, han permitido a España cerrar la clasificación de más embarcaciones para los Juegos Olímpicos de Pekín. Independientemente de lo que ocurra hoy, la Selección tendrá presencia en siete de las doce categorías de aguas tranquilas, más tres en aguas bravas. Hay garantizada plaza para David Cal en C-1 500 y C-1 1.000 (aseguradas previamente), K-2 500 y K-2 1.000 masculinos y K-1, K-2 y K-4 femenino. Baja, por tanto, la representación respecto a Atenas 2004, perdiendo puestos en K-1 500, C-2 500 y C-2 1.000 masculino, aunque se gana una representante en K-1 femenino.

Los grandes triunfadores de la jornada fueron el asturiano Javier Hernanz y el palentino Diego Cosgaya, que se colgaron la plata en la prueba de K-2 1.000 metros sólo por detrás del kayak danés. Este puesto daba, de facto, el billete a Pekín, pero los dos palistas no tienen asegurado aún el puesto, ya que la plaza es para el país y podrían ocuparla Carlos Pérez y Saúl Craviotto, que disputan hoy la final de K-2 500. La decisión será de la Federación. "Hemos cumplico nuestra parte -resumió Herranz, que ya estuvo en Atenas-. Estamos en un gran estado de forma desde abril y creo que a Pekín podríamos llegar aún mejor que ahora".

Mamá y olímpica. El K-4 500 formado por Beatriz Manchón (que fue madre en julio de 2007), Jana Smidakova, Sonia Molanes y Teresa Portela logró el bronce, que a su vez daba pasaportes automáticos para el K-1 y el K-2. Por delante entraron alemanas y húngaras, dos potencias que en China lucharán por metal. Al recoger la medalla, Portela, que disfrutará de su tercera cita olímpica, dejó escapar alguna lágrima: "Vemos la luz después de cuatro años terroríficos". Manchón también lo ve así: "Han sido cuatro años de tinieblas".