Freire vuelve a vencer y asusta para la San Remo

De las muchas virtudes que tiene Óscar Freire quizá la mejor es que sabe llegar como un pincel a sus citas. Y sus grandes obsesiones son el Mundial y la Milán-San Remo. Ayer firmó su décimo triunfo de etapa en la Tirreno-Adriático, carrera que sirve como preparación para la Classicissima y a la que el tricampeón mundial llega siempre en perfecto estado de revista.

El cántabro ha dado dos toques de atención, en la primera etapa y ayer, más un segundo puesto tras Petacchi en la cuarta. La prensa italiana ha captado ya las señales y empiezan a apuntar a Freire como favorito en el Lungomare Italo Calvino de San Remo, nueva meta (en lugar de Via Roma) de la gran clásica.

Fuerza y astucia.

La meta de la etapa de ayer estaba en la cima de una colina de 4 km, con pendientes de hasta el 11%, que se pasaba cuatro veces. En este circuito el pelotón atrapó a Lastras, Bertolini y Fornaciari, supervivientes de una fuga de 13 corredores.

Gasparotto, a 16 segundos del líder, trató de sorprender a 1,3 km de meta, pero Cancellara estuvo atento. Los dos fueron atrapados a 500 metros de la línea. Di Luca lanzó un fuerte ataque a 300 metros de meta, Pozza­tto le superó, pero Freire, astuto y potente, salió tras su estela y acabó ganando claramente.

Hoy se disputa la última etapa, pero Freire ya ha dicho que tiene suficiente y que no va a arriesgar en el sprint estando tan cerca la Milán-San Remo.

Óscar Freire: "Me da confianza para el sábado"

"Estoy muy satisfecho con este segundo triunfo. Me da mucha confianza para el sábado en la Milán-San Remo. Me siento bien, la preparación está saliendo como planeaba, pero nunca hay garantías. El año pasado no gané ninguna etapa aquí y luego vencí en San Remo, y en 2005 me llevé tres etapas y la general y luego perdí. En esta etapa acerté buscando la rueda de Pozzato. Le vi muy protegido por su equipo y realmente era el más fuerte. Junto a Gasparotto, que quizá se equivocó en no esperar el sprint".