El Rock correrá con crucifijos con púas por Sevilla

Mario Cipollini, después de tres años de su retirada y poco más de un mes de cumplir los 41, volvió a la competición en el Tour de California. Pero la noticia de su retorno quedó eclipsada ante la decisión Michael Ball, patrocinador de su equipo, el Rock, de añadir crucifijos con púas a los maillots de sus corredores en protesta por no haber permitido tomar la salida en la carrera a Óscar Sevilla, Tyler Hamilton y Santiago Botero, ciclistas también del Rock y apartados por su relación con la Operación Puerto.

Ball, propietario de la firma Rock&Republic, considera que sus tres corredores han sido crucificados y se ha encargado de diseñar, en rojo y negro, la cruz con el alambre de espinas que se adherirá a al maillot de sus corredores, una prenda que ya lleva una calavera en el pecho.

"Yo le avisé del momento complicado en que vive el ciclismo", cuenta Cipollini. "Pero él es un joven emprendedor que quiere transformar el mundo y cree que el que comete un error merece una segunda oportunidad".

En su retorno en el prólogo contrarreloj de 3,5 km en Palo Alto, Cipollini terminó 44º, a 17 segundos del vencedor, el suizo Fabian Cancellara, campeón mundial de crono. "He sentido una gran emoción al ver cómo el circuito estaba lleno de gente y muchos gritaban mi nombre", dijo Cipollini, que quizá esta madrugada dispute el primer sprint a Boonen, Freire y Bettini en Santa Rosa. "Yo no tengo nada que demostrar. Para mí lo importante es dar el máximo".