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Atletismo | Dopaje

El dopaje es el azote de los 100 metros lisos

Ben Johnson, Marion Jones o Justin Gatlin, algunos de los cazados

<b>FOTO MANCHADA.</b> La espectacular llegada de la final de 100 metros de Seúl 1988. Han sido condenados por dopaje el primero (Ben Johnson) y el tercero (Linford Christie).

El dopaje es un azote en los 100 metros. Siete plusmarquistas mundiales o campeones olímpicos o del mundo han sido descalificados desde que el canadiense Ben Johnson diera positivo en los Juegos de Seúl 1988. Una relación repleta de nombres sonoros dentro del atletismo. Hombres y mujeres que vendieron su alma para correr más rápido y ganar más dinero: además de Johnson, están en la lista el británico Linford Christie, la alemana Katrin Krabbe y los estadounidenses Tim Montgomery, Marion Jones, Kelly White y Justin Gatlin, que hace unos días apeló la sanción de cuatro años que se le ha impuesto.

Ben Johnson protagonizó el escándalo de los escándalos en 1988. Dio positivo con estanozolol, un anabolizante, tras pulverizar el récord mundial y casi ridiculizar a Carl Lewis. Después de ser descalificado, reconoció que se dopaba desde años antes. Le quitaron todos sus títulos. Johnson, llamado Big Ben por su poderosa musculatura, reapareció tras su sanción... y dio positivo de nuevo. Hay cosas que no tienen remedio.

Katrin Krabbe, un claro producto de la RDA, fue cazada en 1991, tras haber sido campeona mundial y europea, títulos que no perdió. Tras la caída del Muro de Berlín las autoridades germanas la buscaron... y la encontraron. En Suráfrica, concretamente. Su positivo fue con clenbuterol, un producto que sirve, entre otras cosas, para engordar el ganado.

Christie fue plata olímpica en Seúl 1988, oro en Barcelona 1992 y campeón mundial en Stuttgart 1993, y tiempo después dio positivo, pero no perdió sus registros ni sus medallas. Ahora es entrenador, pero no podrá estar como tal en el equipo olímpico británico, precisamente por esa vieja relación con las sustancias prohibidas.

Kelly White, oro en los Mundiales de París 2003, también perdió marcas y títulos, tras dar positivo con modafinil, una sustancia con la que combatía, teóricamente, la narcolepsia, algo así como una enfermedad del sueño. Lo cierto, según dijo, es que se había atiborrado de EPO y anabolizantes. Por allí andaba ya Trevor Graham, el técnico de Montgomery, de Marion, de Gatlin...

Marion Jones, la última gran reina del atletismo, ha perdido sus cinco medallas olímpicas de Sydney 2000 tras confesar públicamente que se dopaba de forma sistemática. Tenía una relación privilegiada con los laboratorios Balco de Victor Conte, y el taimado druida, que acabó en la cárcel, exhibía una hermosa fotografía de Marion en la que ésta le agradecía los servicios prestados. Antes de ella fue expulsado del atletismo Tim Montgomery, padre del hijo de Marion. Fue castigado por su relación confesa con Balco, aunque nunca dio positivo. Tuvo el récord mundial de 100, como Gatlin...

Y este es el que ha puesto el punto final, por el momento, a la lista de escándalos, con testosterona. Otro campeón mundial y olímpico, otro plusmarquista de los 100 que cae ante la ley antidopaje. Acusó a su masajista de embadurnarle con una pomada dopante, pero no ha podido eludir el castigo. Su récord ya lo perdió, pero sus medallas de oro siguen en alguna vitrina y admiradas por su madre, Janette, ardiente y única defensora de la inocencia de su chico.