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Tenis | Masters Shanghai

Federer despertó a Ferrer del sueño de ser maestro

Cuarto título para el suizo, que resolvió en tres mangas

Actualizado a
<b>FELIZ PESE A LA DERROTA. </b>David Ferrer y Roger Federer, con sus trofeos después del partido.
afp

Roger Federer me ha fulminado", resumió David Ferrer tras la final del Masters. Y ante una declaración tan gráfica del protagonista poco más habría que añadir. Sólo imaginarse lo que hizo el número uno sobre la pista de Shanghai para coronarse por cuarta vez en su carrera como maestro. Para ganar al de Basilea en una pista dura indoor, él debe bajar su nivel y el rival hacer casi el partido de su vida. Ayer no se dieron esas condiciones, porque el tenis de ensueño que el español había desplegado durante todo el torneo no afloró en la final, quizá presa de los nervios de estar en su primera final grande, quizá porque Federer tampoco le dejó enseñarlo.

Ya en el tercer juego del primer set Roger Federer rompió el servicio del de Jávea, que parecía tener plomo en las piernas en vez de la electricidad que le activó en los choques frente a Djokovic, Nadal, Gasquet y Roddick. El juego variado del suizo, cortando las bolas como él sólo sabe hacer, y el movimiento al que sometió al español contribuyó a que la primera manga se fuera en 26 minutos, con demasiados errores no forzados de Ferrer y otro break para 4-1.

Había tiempo para reaccionar en una final a cinco sets, pero el agarrotamiento de David no parecía remitir. Federer aseguró su saque (no concedió ni una oportunidad a Ferrer de arrebatarle el servicio en esta manga y sólo cuatro en todo el partido) y ante la desesperación del español, que destrozó su raqueta, enseguida alcanzó el 6-3.

En los intercambios, en los que Ferrer también parecía contar con más opciones, tampoco hubo manera de inquietar al suizo. La definición que hizo Rafa Nadal de David ("está en estado de gracia") había que aplicarla ayer al número uno, que en el primer juego del que sería set definitivo paró en seco a David cuando intentaba comenzar con una rotura. Otro 6-2 acabó por despertar a Ferrer del sueño de convertirse en maestro y en el tercer español en lograrlo tras Manuel Orantes (1976) y Alex Corretja (1998).

Roger Federer, el Gran Emperador, no permitió que el mejor guerrero de Shanghai le arrebatara el trono. El suizo va camino de ser el mejor de la historia. Para Ferrer ya lo es, como dijo al final del partido en el que fue "fulminado" por el monarca.