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Tenis | Masters Shanghai

Nadal y Ferrer, de diez

Los dos en semis: Rafa ganó a Djokovic y David arrolló a Gasquet

Actualizado a
<b>UNA MÁQUINA. </b>David Ferrer está en el mejor momento de su vida tenística. El francés Richard Gasquet terminó desmoralizado ante un jugador en estado de gracia.
reuters

Con mi tenis, quizá sólo vaya al Masters una vez en la vida, por eso Shanghai lo significa todo para mí, todo lo que puedo conseguir en mi carrera". Esta frase se la soltó al arriba firmante David Ferrer, cabizbajo aún, tras perder en su primer partido del Masters Series de Madrid frente a Feliciano López, cuando nubes negras de final de temporada le oscurecían la visión.

Su clasificación, aunque cercana, aún estaba en el aire. Una vez en China, está claro que la cita de maestros lo significa todo para él. Pero con el tenis certero y el ritmo brutal que le ha valido para ganar en cinco días al número tres del mundo, Novak Djokovic; al número dos, Rafa Nadal, y al número ocho, Richard Gasquet, no será la última vez que se meta entre los ocho mejores del mundo. Con con un juego así se puede pensar en lo que hasta hace poco era un imposible. "¿Ganar un Grand Slam? Ufff. Soñar es gratis, pero hay ahora mismo tres jugadores por encima de mí", también contaba Ferrer en Madrid. A dos los ha ganado esta semana. Al tercero se lo podría encontrar mañana, o el domingo. Y esto no es un Grand Slam, pero sí un quinto grande.

Avispa implacable.

Ferrer, la hormiguita que tantos kilómetros traga de lado a lado de la pista desesperando a sus rivales, se ha convertido en una avispa de veneno paralizante: aguijonazo a aguijonazo, siempre adelante con la derecha, tortura a sus rivales con su picoteo infernal y sus restos imposibles (las estadísticas dicen que es el mejor del circuito en este apartado). Con estas armas, el alicantino tiene conseguido medio sueño, las semifinales tras aplastar ayer a Richard Gasquet (doble 6-1). El sueño completo sería disputar una final en la que se podría encontrar con Rafa Nadal, al que ayer ayudó también a conseguir la clasificación después de que el balear hiciera perfectamente su trabajo previo contra Novak Djokovic (6-4 y 6-4).

En el primer set, Ferrer sólo entregó el primer juego, en el que Gasquet soltó alguno de esos golpes que asombraron de júnior, cuando andaba por los prestigiosos torneos franceses para futuras promesas tratando de tú a tú a Rafa Nadal, compañero de generación. A partir de ahí, ocho juegos seguidos para Ferrer que parecía tener un guante de acero en su derecha ante la cual el de Beziers parecía un monigote. No había más que oponer, sólo rendirse ante un jugador en estado de gracia.

Antes, Rafa Nadal había dejado también una gran sensación contra Novak Djokovic, con quien tendrá que librar el año próximo apasionantes batallas. En Shanghai le recordó, por si acaso, cómo se las gasta. De los cinco primeros juegos, ganó cuatro con dos roturas para cerrar en 6-4. En el segundo, los dos se metieron en un gran cuerpo a cuerpo que acabó con el serbio fundido con otro 6-4. Ferrer y Nadal cumplieron y dejaron la sensación de que no se detendrán ante nadie.