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Rugby: Mundial de Francia | Inglaterra - Suráfrica

Suráfrica es la favorita, pero Dios juega enfrente

Los 'springboks' son mejores. Inglaterra se aferra a Wilkinson

<b>NELSON Y A LA DERECHA, WILKINSON. </b>En Trafalgar Square han colocado una estatua de Wilkinson.
reuters

El rugby es el deporte de equipo por excelencia. Reza un viejo axioma rugbero: "Eres tan bueno como el peor de tus compañeros". 15 cabezas, un corazón. Hasta hace poco los jugadores influían en aspectos concretos del juego: el aussie Eales en la touch, los galos Blanco y Sella en los espacios abiertos o el escocés Hastings en la patada. La aparición del galés Jonathan Davies descubrió la influencia de un jugador en el rendimiento de su equipo, en su ánimo.

Pero nunca habíamos visto un jugador de la trascendencia de Sir John Peter Wilkinson. Capaz de disparar las prestaciones de su gente, sembrar incertidumbre en el rival y llevar los partidos a su terreno. Un jugador cuyo peso en el desenlace del partido recuerda al de Maradona en los Mundiales del 86 y, especialmente en el del 90, en Italia, donde Diego llevó a la final a un equipo mediocre. Algo similar a lo realizado por un maltrecho Wilkinson en este Mundial. Suráfrica es superior a Inglaterra, pero Dios juega enfrente. Los dos han ganado un Mundial, los dos en la prórroga, los dos con un drop.

El análisis del partido arroja un panorama devastador a favor de los springboks: su delantera es arrolladora en melés, rucks y mauls, especialmente su tercera (Burguer, Smith y Rossouw); tiene los alas más letales (Habana y Pietersen), la mejor segunda en touch (Botha y Matfield), el pateador del Mundial (Montgomery) y al medio melé más en forma (Du Preez). Llegan sin lesiones, más descansados y han vapuleado a los británicos (0-36) en la primera fase. Más altos, más rápidos y más guapos. Demasiado bonito...

El tractor inglés.

Inglaterra tiene una delantera de gente que podría trabajar en la metalurgia en Leeds o como estibadores en el puerto de Liverpool. Tipos tan ásperos como auténticos. Salen a defender título sin presión, pero picados. En melé son plomo, pesado y lento, Shaw y Kay han crecido en su segunda y su tercera (Corry, Moody y Easter) tratará de desquiciar a los angelitos Burguer y Smith. Y al fondo, sobre el tractor, el 10. Decía Martyn Johnson, "libra a libra nadie placa mejor que Jonny". Por su parte el kiwi Carter confesaba "no haber visto a nadie ordenar un equipo como a Wilko". Es el el alma, el arma, de Inglaterra. Un jugador con tres dentro: el potente placador Jonny, el visionario táctico Wilko y a Wilkinson, dios de la patada. Maradona nos descubrió que Dios tenía manos. Wilkinson puede enseñarnos que patea zurdo.