Rugby: Mundial de Francia | Francia - Argentina
Champagne contra mate
Francia y Argentina juegan hoy la final de consolación
Jornada de despedidas. Laporte, Loffreda, Ibáñez, Pichot, De Villiers, Hasan, Thion, Longo... Un adiós edulcorado para unos, los franceses, y con tambores de guerra para los otros, los argentinos, que quieren saltar dos escalones en lugar de subir uno haciendo historia en un Mundial.
Los seleccionadores enfilan de forma muy distinta su marcha. Bernard Laporte ha tirado de suplentes, improvisando, sin quererlo, una fiesta al descorchar el champagne que se le aguaba en el banquillo. Veremos de salida a Michalak, Dominici, Elissalde, Poitrenaud y una tercera con pinta muy dinámica: Nyanga, Poitrenaud y Harinordoquy. Un final paradójico para Laporte, el hombre que enterró el flair francés, su seña de identidad. Se escucharán gritos de "Toulousian, Toulousian", porque habrá hasta seis jugadores rojinegros en el equipo titular de los bleus. Habrá, a priori, velocidad, balón al espacio y mucho juego a la mano. Será, también, una sentida despedida de Elissalde, Poitrenaud y compañía a su amigo, compañero y socio Frederic Michalak, que se despide de Francia para marcharse en unos días a Durban a jugar en los Sharks surafricanos.
Adiós.
Argentina despide a Loffreda fiel a sus principios. Para él, para ellos, para el país, es una final, no una consolación. Saldrán con el cuchillo entre los dientes, con todo atrás y mucho delante. Agustín Pichot, hijo y nieto de rugbiers, rememorará aquel debut ya lejano ante Australia en el 95. Junto a él se despiden de un Mundial gente como Ledesma, Durand, Hasan o Longo. Por eso Loffreda ha pedido un último esfuerzo a sus chicos, un déjà vú, otra gesta en Saint Denis ante Francia, como el pasado 9 de septiembre, el día que comenzó esta bonita historia para los Pumas. Historia que acabará algún día con Argentina en la final de un Mundial.
Los Pumas han alcanzado el rango de héroes en Argentina. Recientemente un diario bonaerense titulaba "Un mundo mejor es posible. Seamos todos Pumas". En su editorial elogiaba "su solidaridad, honestidad y orgullo. Valores inexistentes en esta Argentina sobrada de corrupción y mentiras". En Francia, el debate sobre la sucesión de Laporte alcanza tintes filosóficos. ¿La apolínea escuela de Toulouse y su rugby a la mano o la dionisiaca escuela de Biarritz y su rugby físico? Laporte se alineó con Biarritz y media Francia clama por un regreso a la esencia, al flair, al champagne. De momento, la última ronda de la era Laporte la paga él. Pero Argentina amenaza con regar de mate la penúltima jornada.