Rugby. Mundial de Francia | El ritual de Jonny
Ducha, afeitado, desayuno copioso y bebidas isotónicas
Se despierta para volver a dormir
Jonny Wilkinson es un animal de costumbres. Los días de partido sigue una pauta de comportamiento que le permite saltar al terreno de juego más concentrado. Wilko normalmente suele dormir sin problemas antes de los partidos, pero tiene la costumbre de poner el despertador a las cinco de la mañana, volver a dormirse, despertarse a las siete, volver a la cama y levantarse finalmente a las ocho. Eso hizo el día de la final del Mundial ante Australia en 2003 y le fue bien. Después un ritual innegociable: ducha y afeitado el día de partido. Antes de bajar al desayuno, escucha un CD de relajación mental grabado por su técnico de pateo, Dave Alred. Con él trata de visionar las patadas correctamente, elevar su confianza y liberar a la vez presión. En el desayuno Wilko no se corta. Come copiosamente porque quema mucha adrenalina en las horas previas debido a la tensión y los nervios, que siempre deja en el vestuario.
Luego le gusta departir con sus compañeros, preferiblemente de temas ajenos al rugby. Cuando llega al autobús, enfila el camino de la parte trasera cargado de bebidas isotónicas de las que da buena cuenta mientras escucha el CD grabado para la ocasión por el jefe de expedición. En Australia salieron del hotel con Rock the Casbah de The Clash y entraron al estadio con Love Yourself, de Eminem. Tindall se ocupó. En el vestuario siempre es de los primeros en vestirse. No aguanta sentado mucho tiempo y rápidamente busca a Alred para irse a calentar el pateo. Y después el tímido Jonny se transforma en el ultracompetitivo Wilkinson.