Rugby | Mundial de Francia
El 'Black Power' guía el sueño de Mandela
Habana es la estrella negra de una Suráfrica mixta
Nelson Mandela soñaba con una Suráfrica civilizada en la que convivencia entre blancos y negros fuera posible. Y eligió un deporte de blancos para demostrar que era posible. Adoptó un himno nuevo, el Nkosi Sikeleli Afrika, una fusión resultante de mezclar el antiguo himno nacional Die Stem (el asociado a los afrikaners) y la canción bantú Nkosi Sikeleli Afrika (Dios bendiga África) creada en el siglo XIX por Enoch Mankanyi Nsotonga y que se convirtió en el himno del Congreso Nacional Africano, el de la población negra, y el de las protestas anti-apartheid. De la mezcla de ambos nació este himno que ha sido grabado, entre otros, por Paul Simon y Ladysmtih Black Mambazo.
Pero el milagro se produjo en el vestuario africano. Jugadores blancos y negros jugando bajo el mismo escudo, la misma bandera y el mismo himno. Sin embargo, el camino ha sido largo. En 1995 Suráfrica participó en su primer Mundial, tres años después de renunciar a la política del apartheid. Chester Williams fue el rugbier negro más reconocido de aquel equipo campeón del mundo, el único de la historia del país. Junto a él militaron en los 90 Paulse, Sephaka, Conradie o Jacobs. Williams denunció en su autobiografía casos de racismo y años después Geo Cronje fue expulsado al negarse a dormir con un negro.
Ahora dos de cada cinco licencias federativas de rugby allí corresponden a jugadores negros. Los niños quieren ser Habana, uno de los seis jugadores de color de la selección (Pietersen, Julies, Ndungane, Willense y Jaunarie). Además hace unos meses Suráfrica fue capitaneada por primera vez en cien años por un negro, Chiliboy Ralepelle. Desde el 92, 15 de los 144 jugadores que han vestido la camiseta springbok han sido negros. El Black Power ha vuelto al deporte para enrolarse en la Suráfrica rugbística, la de Mandela.