Polideportivo | Rugby. Mundial de Francia
Fiyi tumbó a Gales
Vengaron la eliminación de Tonga a manos de Inglaterra
Fiyi se convirtió ayer en la revelación del Mundial tras doblegar a Gales (34-38) en un partido en el que hicieron gala de su sobrenombre: los fiyianos voladores. El partido fue vertiginoso y la alternancia en el marcador en los últimos minutos lo convirtió en el más espectacular de lo que va de campeonato. Fiyi confirma así las buenas sensaciones ofrecidas por los equipos polinesios y venga la derrota de sus primos los tonganos ante otro equipo británico, Inglaterra.
Fiyi fue fiel a su esquema, movió rápido la pelota, fue explosivo en el campo abierto y demostró que si descosen los partidos son un rival complicado. Esta Fiyi que se medirá a Suráfrica en cuartos es un equipo con unos centros potentísimos, unos alas veloces, la inteligencia y la buena pierna de Little y una anárquica delantera que ayer mostró su mejor cara ofensiva posando tres ensayos: Qera, Leaware y Dewws. Todo esto pasado por el tamiz de su peculiar seleccionador, Illvasi Tabua, Mister Ariete Humano en sus tiempos de jugador, el primer fiyiano que dirige su selección.
Carta libre.
Tabua sigue siendo tan terco como en su época de jugador. Cuando se hizo cargo de la selección en enero de este año prometió meter al equipo en cuartos siempre y cuando le dieran carta libre. La federación estaba atada de pies y manos y le entregó el bastón de mando. Impuso ciertos hábitos de disciplina que no cuadraban en la agenda de dos de las estrellas: Caucaunibuca y Bobo. Tabua prescindió de ellos, lo que es mucho prescindir porque el primero es lo más parecido a Lomu que ha saltado a un campo. Pero le ha ido bien. Tabua ha cumplido con su promesa y ayer advirtió en la sala de prensa tras el encuentro que ahora son mejor equipo y que aprendió mucho del Suráfrica-Tonga (30-25) de la semana pasada. Aviso para los springboks.
En el otro partido a cara de perro, Escocia rentabilizó su disciplina y la efectividad de Paterson en la patada. Los italianos jugaron a estímulos y acabaron pagando la falta de regularidad que han exhibido durante todo el Mundial. El XV del cardo hizo un partido sordo, profesional. Controló abajo, cerró los espacios y aprovechó su dominio en los agrupamientos con golpes con los que Paterson fue llenando poco a poco la cantimplora. El 18-16 final, con Italia volcada a la desesperada, suponen el epílogo a la estancia del francés Jean Pierre Berbizier en el banquillo transalpino. Una meritoria labor que ha disparado las prestaciones del rugby azzurro. ¿Y Nueva Zelanda? Volvió a pasar el rodillo con Rumanía.