Mundial de Francia | Inglaterra 36 - Tonga 20
El apóstol del rugby
Los dieciséis puntos de Wilkinson meten a Inglaterra en cuartos
Hay jugadores como Lomu que deslumbran físicamente. Jugadores que desbordan tácticamente como Campese. Y jugadores que siempre toman la decisión correcta. Jonny Wilkinson es de estos últimos. Un tipo letal en el pateo, pero con más peligro aún cuando utiliza la cabeza. Ayer Wilkinson se enfrentaba a la delantera más devastadora del Mundial, la de Tonga.
Los polinesios habían convertido el partido en algo apocalíptico, "el día del Juicio Final". Pero olvidaron que Wilkinson llega de los infiernos de las lesiones (once en las últimas tres temporadas) para devolver el honor y el orgullo a esta maltrecha Inglaterra. Wilko leyó perfectamente el partido y colocó a su delantera como empalizada para dar juego a sus backs. Algo que rentabilizaron Sackey, Tait y Farrel.
Jonny sabía que en el cuerpo a cuerpo Tonga era incontenible. Y apostó por hacer chirriar la cintura de los polinesios con cambios de juego como el de la patada en el primer ensayo o la jugada que Sackey posó en el segundo. Convirtió una batalla de trincheras en una guerra a campo abierto.
Inglaterra ganó de 16 puntos (36-20), los mismos que anotó Wilkinson, pero Jonny aportó mucho más. Su empatía mejoró a sus compañeros, sus decisiones hicieron buena la pizarra de su seleccionador y su presencia sobredimensionó a esta Inglaterra dubitativa. Tonga le puso al partido todo lo que tenía: arrestos, delantera y riñones. No desfalleció y mostró ese perfil ambicioso que le ha llevado a las puertas de cuartos. Los polinesios han enseñado al mundo un puñado de jugadores que dejarán de ser exóticos para protagonizar las ligas europeas en las que juegan. Pero en el día del Juicio Final, Tonga se encontró a Wilkinson, el apóstol del rugby. A veces, uno sospecha, que con Wilkinson y catorce más...