Samuel Sánchez
"Mido bien el límite hasta donde puedo arriesgar"
La Bien Aparecida (2005), Cuenca (2006) y Granada (2007). Por tercer año consecutivo Samuel Sánchez se lleva su etapa en la Vuelta.
El Euskaltel hizo una fuerte apuesta por usted. ¿Tuvo nervios de fallar?
Era una gran responsabilidad, porque mis compañeros han reventado. Menos Zubeldia, que andaba por delante, y Antón y yo, que nos reservaron para Monachil, los otros seis han hecho una gran remada para neutralizar la fuga. En esta victoria el ochenta por ciento ha sido mérito del equipo. Yo puse el resto.
¿Hay alguien en el pelotón que baje los puertos mejor que usted?
No lo sé. Sí considero que soy un buen bajador. Tengo buen dominio de la bicicleta y mido bien el límite de hasta donde puedo arriesgar. Más de una vez se ha caído gente por querer seguir mi estela.
Se ve que tenía esta etapa marcada.
El año pasado, por lo que le pasó a Valverde y lo que hizo Vinokourov, me di cuenta de que si llegaba arriba con un poco de ventaja, pero guardando un puntito de fuerza, podía hacer mucho daño en el descenso. Esa era mi táctica y me ha salido perfecta.
¿Qué le ha pasado en el descenso con el colgante?
Al pegar la cabeza en el manillar se me ha enganchado y se me caía. Se lo di a un motorista porque no quería perderlo. Es un crucifijo y un diente de tiburón tigre que me trajo mi cuñado del Caribe. Desde que me lo dio empecé a ganar carreras.
¿Y la dedicatoria en meta?
Fue para Vanesa, mi pareja. Esperamos un hijo para marzo.
¿Qué espera de esta última semana de Vuelta?
La dirección del equipo nos pedía una victoria de etapa y ahora podemos mirar las cosas con más tranquilidad. Intentaré amarrar el quinto puesto y, si es posible, progresar. Aunque lo veo complicado porque los cuatro que me preceden están muy fuertes.
¿Qué pensaba cuando bajaba a 90 km/h?
Que si tenía un reventón no podría contarlo. Estaba totalmente concentrado.