Rugby | Mundial de Francia
Suráfrica tumba un mito y encumbra a un héroe
Patética Inglaterra, a cero. Despedida de Robinson
Mal día para ser inglés. Su rugby pasó anoche a peor vida. Mancharon la historia de una tradición legendaria. En las Islas recitarán de memoria la lista de traidores: Sackey, Noon, Catt, Lewsey, Farrell, Perry, Sheridan, Regan, Stevens, Shaw, Kay, Corry, Rees, Easter y el seleccionador Brian Ashton. Paradojas de la vida, la misma noche que Jason Robinson, el guardián de la bandera de San Jorge, dijo adiós. El resto habita ya en el Aberno deportivo. Defendían el título, pero perdieron. Perdieron el partido, 0-36, y perdieron el orgullo. Ese cero les perseguirá por el resto de sus días.
Enfrente una exuberante Suráfrica. Reza el lema olímpico:"Citius, altius y fortius". Los springboks ganan porque son citius, los más rápidos. Anoche humillaron a una Inglaterra cuyo ritmo cochinero le vino como un guante. Además, la deplorable línea inglesa abandonó a su zaguero a su suerte. Así, en el primer ensayo el flanker Juan Smith emergió para posar la jugada de Pietersen y Du Preez. En el segundo, Du Preez fijó a Robinson y regaló el ensayo a Pietersen, como en el tercero.
Suráfrica saltó al campo ganando en el marcador. White hizo los deberes y ordenó correr para coger descolocada a la línea rival. Diagnóstico inglés: juega sin alas, pateador, apertura y medio melé. Sufre un enfermedad irreversible.
Mediada la segunda parte corría el tiempo a favor de Suráfrica, hace mucho que lo hace en contra de Inglaterra, cuando un tirón fulminó a Robinson en plena carrera. Suráfrica no peleó el ruck, respetó al mito. Jason se va, lo deja. Y así, malherido y ovacionado, entró en el Olimpo. El marcador inglés acabó vacío, como su equipo. Anoche Suráfrica encumbró a un héroe (Jason Robinson), pero tumbó un mito: el del rugby inglés. Descanse en paz. Mal día para el rugby.