Ciclismo | Paolo Bettini
Un perito mecánico que pilota ultraligeros
A los siete años Paolo Bettini (1-4-1974, Cecina, Italia) le pidió a su padre una bici. Quería ser ciclista como su hermano Sauro, diez años mayor que él. Sauro falleció el año pasado en un accidente de coche. Dos semanas después Paolo ganó el Giro de Lombardía y dedicó la victoria a su memoria. Su padre encontró en el desván una vieja bici, la pintó de rojo, la arregló y ahí empezó a rodar el pequeño Paolo. En su primera carrera ganó en su categoría y entró cuarto en meta frente a chavales mayores que él.
"Para mí la bici era un juego. Aunque en Toscana hay mucha afición al ciclismo, en Cecina sólo hubo dos ciclistas profesionales, Falorni, de los tiempos de Coppi, y más reciente, Guarguaglini. Yo fui progresando, pero no fue hasta los 21 años (1996), recién terminados mis estudios y el servicio militar, cuando decidí dedicarme por entero al ciclismo".
Bettini terminó la carrera de perito mecánico. "Pero no ejerzo. Si se estropea mi coche, lo llevo al taller. Eso sí, me ha servido mucho para conocer muy bien la parte mecánica y tecnológica de la bicicleta. Siempre ayuda".
La gran afición de El Grillo es volar en aviones ultraligeros. "No es peligroso si, como yo, vuelas de un modo relajado. Y es una sensación única, hermosa. Es la libertad absoluta. Todo depende de ti". Bettini también vuela bajito cuando llega la última recta. "A veces es más peligroso el sprint, pero también vives una bonita sensación cuando entras primero en la meta".