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Rugby | Mundial

All Blacks en La Galia

El Mundial comienza hoy con un Francia-Argentina (21:00, C+)

<b>LA HAKA EN EL MUNDIAL 2007. </b>Los neozelandeses, grandes favoritos para conquistar un título que persiguen hace 20 años, son los incontestables candidatos al triunfo.
afp

Favoritos como nunca, y quizás por ello más vulnerables, los All Blacks se miden al mundo, pero sobre todo a sí mismos y a su legendaria costumbre de morir en la orilla, como en la final del 95 o en las semifinales del 99 y 2003. Cansado de preguntar al "espejo, espejito mágico", Graham Henry, su técnico, encontró la botella medio vacía y se hizo dos preguntas: ¿cómo se gana a los All Blacks? ¿Y cómo se gana a quien quiere ganar a los All Blacks? La primera respuesta: llevando el partido al extremo. O les asfixias con tu delantera y escondes la almendra, como Australia; o apuestas por el tremendismo y entras al cuerpo a cuerpo con su tres cuartos, como Francia. Y para responder la segunda, Nueva Zelanda presenta la mejor delantera de su historia (y del rugby actual) y un nuevo credo de juego, el snaking (serpentear), que postula la búsqueda del intervalo (el espacio libre). Pueden enterrar al paquete aussie con McCaw, Collins o So'oialo y desorientar a los alas galos con Carter, Rocokoco o Sivivatu. Y sin embargo, su fortaleza mental platea dudas. Su balance desde 2003 sobrecoge: (38-5) y su nómina es digna de un cómic de la Marvel, pero...

Del lado oscuro de la fuerza llega Australia, que cuenta sus arrugas por finales y alinea un XV de eminencias: Smith, Gregan, Larkham, Giteau, Mortlock, Latham... Nueva Zelanda y Australia o Ali y Foreman. Subestiman a los wallabies quienes enterraron a la Italia de Materazzi. Los franceses, por su parte, buscan cobrar una deuda heredada de Napoleón, que perdió un imperio por subestimar al rugby. Lo advertía el Duque de Wellington: "La batalla de Waterloo se ganó en los campos de Eton". Allí reclutaron a los fornidos rugbiers que derrotaron a Bonaparte. Waterloo fue la primera melé... Los galos, que organizan el Mundial para ganarlo, han vitaminado y mineralizado su rugby de champagne adaptando la fórmula inglesa de 2003: un atajo de delanteros treintañeros (Ibañez, De Villiers, Chabal, Betsen...) para blindar a un apertura de cristal (Michalak) y una línea con las neuronas musculadas (Rougerie, Traille, Jauzion...). Menos liberté, sí, pero más fraternité.

Outsiders.

Entre los outsiders surge la decadente caballería inglesa del maltrecho Wilkinson (16-40 desde el título) y la entusiasta infantería surafricana que aliña el oficio de sus mastodónticos delanteros (Du Rant, Montgomery, Matfield...) con la picardía de sus intrépidos zagueros (Habana, Steyn, Pietersen...). Irlanda tiene buena facha con su dinámica melé, sus solventes medios y las toneladas de calidad de sus centros (D'Arcy-O'Driscoll), pero no tiene fondo de armario y a su generación dorada se le marchita el trébol. Los fieros estibadores argentinos se han refinado en Europa (25 juegan acá). Liderados por Zinedine Hernández, Pichot y los Comteponi, los Pumas ya no engullen rivales, ahora ya los saborean. Y ojo a los lúdicos polinesios de Tonga, Samoa y de Japón, que colecciona hasta siete. Arranca el Mundial, comienza la cacería, amanece la haka: Ka mate, Ka ora...