"Hay una guerra de poder y cada uno va a lo suyo"

¿Cómo ve la Vuelta?

Me parece una carrera complicada, los Lagos en el cuarto día y después una crono muy larga y los Pirineos forman un fuerte principio, con lo cual hay que empezar ya bien preparado, pero sin pasarse, porque también tiene un duro final y hay que llegar con fuerzas.

¿Tiene un favorito?

En los Lagos ya veremos quién viene con ganas. En principio Sastre, Pereiro, Evans y Cunego son los que parecen tener más opciones.

Usted ganó cinco Tours y dos Giros, pero nunca la Vuelta. ¿Le quedó la espinita?

La disputé siete veces y nunca la pude ganar. Lo intenté y una vez quedé segundo (1991). Abril era un mes difícil para mí, por las alergias, y luego, cuando se disputaba en septiembre, sólo la corrí una vez, porque me preparaba para el Tour.

Siente nostalgia de su época ciclista o está mejor ahora...

Ahora estoy bien, pero también vivía bien cuando competía. Hacía lo que me gustaba.

¿Qué opina de lo que está pasando con Valverde?

Parece que no se aclaran si está o no en la famosa lista, antes no, ahora sí Pienso que había que ser más riguroso con estas cosas. La Operación Puerto lleva ya año y medio coleando y parece que no acaba nunca. He estado hablando con algunos directores y me decían que ahora no saben bien a quien fichar para el próximo año.

¿Ve alguna solución?

Está difícil porque hay una guerra de poderes y cada uno utiliza la información según sus intereses.

Usted está en el Consejo del Ciclismo Profesional de la UCI. ¿Tratan allí el asunto?

Claro. Hablamos, discutimos, pero no hay un camino claro. Ahora mismo en el ciclismo falta alguien que mande y que dejase las cosas claras para todos.

¿No manda McQuaid?

Creo que está impuesto por Verbruggen. Mandar, manda, pero no sé hasta qué punto.

¿Qué pensó cuando oyó a Riis decir que se había dopado en el Tour de 1996?

No ha habido ninguna sanción. Riis puede decir lo que quiera, es libre de decirlo.