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Rugby | Faltan 30 días para el Mundial

Preparación de marines para el Mundial de rugby

Australia, Inglaterra, Francia y Cánada se entrenan con sus ejércitos

<b>DISCIPLINA MILITAR. </b>Los australianos realizan flexiones ataviados con pantalones militares en la Base de Comandos Especiales de  Standbroke Islands, al este de Brisbane.
eruters, afp y ap

El viejo rugby, "mares de sacrificio, ríos de sudor, gotas de sangre...", vela armas en los días previos al Mundial que arranca en Francia el próximo 7 de septiembre.

Las selecciones anglosajonas han desarrollado el carácter combativo de sus hombres poniéndolos a las órdenes de expertos de las Fuerzas Especiales de Asalto. Así, el Centro de Entrenamiento de la Unidad Real de Marines de Inglaterra, localizado en el sureño condado de Devon, ha visto como en apenas un par de semanas recibían instrucción en sus instalaciones Inglaterra y Canadá. Allí han convivido durante tres jornadas bajo la estricta disciplina militar con simulacros de superviviencia colectiva e individual. Una experencia que no es nueva para los ingleses, que ya lo visitaron en julio de 1999. Cruzar el Río Exe o tomar la colina de Lympstone fueron algunas de las pruebas a realizar. Mientras los ingleses aterrizaban en Devon tras una plácida estancia en un balneario del Algarve portugués y antes de partir rumbo a las aguas termales de Bath, los canadienses continuarán su estancia en Inglaterra trabajando en un centro de alto rendimiento al norte del país. Irlanda preferió el frío de Polonia y se ha marchado a Spala a disfrutar de las excelencias de la crioterapia.

Hipotermia, hambre...

En el Hemisferio Sur, los australianos han emulado al XV de la Rosa, el que le privó del título en la final del pasado Mundial gracias al postrero drop de Jonny Wilkinson (20-17). El sitio elegido por los Wallabies ha sido la Base de los Comandos Especiales del Servicio del Aire del Ejército, en Standbroke Islands, al este de Brisbane. Allí Gregan y sus compañeros han sido privados de comida, techo y otras "comodidades" durante cinco interminables jornadas en las que han combatido entre ellos en grupos de trabajo en los que la superviviencia ha vuelto a ser la protagonista de los ejercicios. En su primera noche internados en el campo, los aussies fueron despertados y evacuados de las tiendas siendo obligados a correr una distancia de más de tres kilómetros y a nadar medio más por un lago con una temperatura ambiental inferior a los cero grados. La hipotermia se convirtió en el peor enemigo. Al amanecer rapelaron colina abajo tratando de llegar al campamento base en el que iniciaron otra agotadora jornada. Una instrucción cuyo principal misión era "endurecer psicológicamente a los chicos y aumentar su capacidad de sufrimiento". Misión cumplida.

Un muerto.

En marzo de 2004, un pillier del Queensland, Damien Drew, falleció en unas maniobras militares similares que llevó a cabo el equipo durante la pretemporada en este mismo campamento. Drew sufrió un colapso y cayó fulminado sin que los servicios médicos del Ejército pudieran reanimarlo.

Los pioneros en los internamientos militares, los Springboks surafricanos, han apostado esta vez por trabajar el físico en los gimnasios, la táctica en el vídeo y afinar la puesta a punto con amistosos ante la selección de la provincia irlandesa de Connacht y ante Escocia. El escándalo vivido en su última visita a un campo de marines (dos jugadores abandonaron y se registró una multitudinaria pelea entre jugadores y militares) ha motivado que se descartase en esta ocasión. Nueva Zelanda, por su parte, el favorito, ha desarrollado un plan de trabajo de cuatro años en el que ha repartido las cargas de trabajo y los jugadores, contratados por la Federación, han dejado de disputar torneos de clubes. Son los que más frescos llegarán a esta cita.

El gran rival de los All Blacks, Francia, ha preferido desarrollar el grueso de su preparación en concentraciones en Marcoussy, Centro de Tecnificación de Rugby de la Federación Francesa, al que los jugadores galos han bautizado irónicamente como Malcatraz por el régimen disciplinario y las palizas físicas a las que son sometidos allí. Bernard Laporte, el seleccionador, ha confiado la parcela física a un parisino peculiar, Daniel Servais. El preparador internará a sus hombres dos días en el CNEC de Mont Louis, el Centro Nacional de Formación de Comandos. Pero su gran aportación es el desarrollo del Hara, milenario arte marcial que prepara a sus praticantes para la guerra. Una disciplina que, según Servais, "te mantiene siempre en posición de combate".

Las selecciones velan armas. Llega el Mundial, la más grande de las batallas. Y con ella vuelve el rugby, el viejo rugby, "mares de sacrificio, ríos de sudor, gotas de sangre... y océanos de gloria".

Daniel Servais. Preparador físico de Francia: "El físico supone el 75 por ciento"

El esfuerzo de un jugador de rugby es similar al de un decatleta o al de un judoca. Reúne potencia y velocidad. El físico supone el 75% y estas concentraciones ayudan a ser más fuertes mentalmente".

J. Conolly. Técnico australiano: "Sacrificio, valor, sufrimiento..."

Históricamente nuestro rugby siempre ha exhibido un gran espíritu de grupo. Y estos campamentos lo que hacen es fomentar eso. Aquí encontramos cosas que se pueden aplicar en los partidos: sacrificio, valor, sufrimiento..."

Ric Suggit. Técnico canadiense: "Te hace más duro y fuerte"

Los comandos te enseñan lo fuerte y duro que puedes llegar a ser. Los chicos aprenden mucho de estas experiencias. Aprendes a ser más duro, más fuerte, más rápido y más solidario".

J. Wilkinson. Jugador inglés: "El sentido de equipo crece"

Tengo buenos recuerdos de las visitas a Devon. Allí el equipo crece. Sufres y lo pasas mal, pero aprendes a hacerlo en grupo. Desarrollas el instinto de superviviencia del grupo. Por eso ganamos el Mundial del 2003".