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Ciclismo | Tour de Francia

El Iseran, Bobet y Bahamontes

Jacques Anquetil se llevo la 'Gran Pitada' de la afición francesa porque ayudó a Bahamontes a recortar la ventaja que le llevaba Anglade en el Iseran. Fue el Tour de 1959, el que ganó el Águila de Toledo.

Bahamontes

El pelotón se despide de los Alpes con la llegada más tradicional. Briançon ha recibido la línea de meta del Tour en 32 ocasiones. La ciudad más alta de Europa ha visto siempre a un ganador ilustre, como Bartali, Coppi, Julio Jiménez, Galera, Gimondi, Merckx, incluso Vinokourov y, sobre todo, los indiscutibles protagonistas nostálgicos de la etapa de hoy: Federico Martín Bahamontes y Loui­son Bobet.

El trayecto empieza en Val d'Isère, pie del Col de L'Iseran, el techo del Tour y de la Alta Saboya (2.770 metros). El archivo se detiene en julio de 1959, también en el Tour, claro. Bahamontes se iba jugando el Tour con Henry Anglade, un francés de Lyon que tenía enamorada a la afición. Anglade coronó el Iseran y entró en la meta de Aosta (Italia) escapado con Gaul, Gismondi y Christian siguiéndole los pasos. Por atrás, Bahamontes encontró la colaboración de Jacques Anquetil para retener el amarillo por sólo un puñado de segundos. Anquetil fue recibido en la meta con una bronca monumental. Fue denominada como la Pitada del 59, un ultraje al país. El Águila de Toledo ganó ese Tour en París.

Aquel día del Iseran, Louison Bobet puso pie a tierra en la cima y soltó su bici. Nunca más volvió a subirse a una bicicleta de competición. Atrás quedaban los sufrimientos, los tres triunfos en la general (1953, 1954 y 1955) y un punto de honor al retirarse en la cumbre de un puerto que debería llevar su nombre. Recordar a Bobet, Bahamontes y cía es la mejor manera de afrontar una etapa romántica en martes, a un día de topar con el ruido y el calor de Marsella. Disfrutemos pues de los Alpes 2007.