Michael Rasmussen
"En los Pirineos puedo sacar aún más tiempo"
A Michael Rasmussen le llaman 'El Pollo' y si encima le visten de amarillo aún lo parece mucho más. El escalador danés es un líder sólido cuando la carretera se empina. Otro gallo le cantará cuando le toque correr la crono.
¿Por qué no celebró en exceso la victoria al cruzar la línea de meta?
No tenía tiempo para festejar demasiado. Tenía las cuentas de la general en la cabeza y, por los gritos de la gente, pensé que iba a tener pocos segundos de margen. Vestirme con el maillot amarillo del Tour de Francia era lo único que me importaba en ese momento, no perder segundos levantando los brazos. Sólo pensaba en eso porque es algo que no ocurre todos los días. Ya habrá tiempo para celebrarlo con todo el Rabobank.
Dicen que hubo bronca en su equipo por su estrategia en Le Grand Bornand
Sí. En la primera etapa de los Alpes no lo hicimos bien y trabajamos demasiado sin recoger ningún resultado. Pero seguro que no va a volver a pasar. Ya nos hemos reunidos todos en el autocar y hemos planificado de nuevo esta etapa. El plan en Tignes ha salido perfecto, así que esperemos que en Briançon y en los Pirineos sigamos en perfecta armonía. Tanto yo como mi compañero Denis Menchov estamos consiguiendo colocarnos en una posición entre los favoritos muy buena antes de llegar a los Pirineos. Hay que recordar que a Menchov también se le dan muy bien los Pirineos.
Algunos ya le ven como ganador en París. ¿Siente que puede conseguirlo?
Me parece que me va a ser muy complicado. Hace dos años ya estuve cerca de acabar en el podio del Tour. Pero me falló lo de siempre, el rendimiento en las contrarrelojs tan largas. Ahí pierdo demasiado tiempo. Soy consciente de ello y no me como mucho la cabeza pensando en qué podía haber conseguido en el mundo del ciclismo de haber sido mejor en esa especialidad concreta. Quizá hubiera sido peor escalador entonces
¿No prepara las cronos?
No. Nunca he sido un especialista y tampoco lo voy a ser. Sí que he trabajado más en la lucha individual pero mi peso no me permite coger las velocidades de otros ciclistas del pelotón. Es como si intentara ser un sprinter. Sería imposible.
¿Y entonces cómo piensa ganar el Tour?
Pues atacando en los Pirineos. Es la mejor manera que se me ocurre. Los Pirineos van a ser incluso más duros que los Alpes. Voy a tener que sacar más tiempo a mis rivales para poder encarar la última crono con alguna esperanza. Quizá pueda aprovecharme de que en este Tour 2007 no parece que haya un claro dominador. Todos los aspirantes están a un nivel más o menos similar. Las diferencias van a ser muy escasas.
¿Va a seguir atacando?
Si mis piernas me lo permiten sí. Es mi estilo y lo voy a seguir haciendo. Lo que sucede es que en el Tour se magnifica todo y cada triunfo equivale a salir en toda la Prensa mundial. Llevo toda mi vida trabajando para momentos como estos.