El sábado arranca el Tour en Londres. Y hasta allí, donde hoy comienzan a arribar los equipos, llegan los ecos de la confesión de Jörg Jaksche en el semanario Der Spiegel. Desde el pasado viernes se fueron filtrando las partes más escabrosas del relato del primer ciclista que ha confesado estar implicado en la Operación Puerto y haber sido cliente de Eufemiano Fuentes "entre 2005 y 2006", médico con quien le puso en contacto Manolo Saiz, su ex director en la ONCE y Liberty.
Una parte faltaba por conocerse, el extracto en el que habla de Alejandro Valverde: "La UCI dice que sólo hay una lista. El corredor español Alejandro Valverde, por ejemplo, no está en esa lista. En el frigorífico de Fuentes fue encontrado un frasco de sangre con el nombre codificado VALV. (PITI) en el que fueron encontrados rastros de EPO. Piti es el nombre del perro pastor alemán de Valverde". Es decir, lo que ya se dijo después de que la Guardia Civil desmantelara la red organizada de dopaje sanguíneo del doctor Fuentes y el hematólogo José Luis Merino Batres y que no se pudo probar, pero que Jaksche se encarga de recordar a la vez que desvela que Eufemiano tenía "un método para ocultar la EPO".
"Por primera vez en mi vida me siento limpio, liberado", se sinceró ayer el corredor de 30 años en la radio pública alemana. Y reiteró que está dispuesto a colaborar con la Agencia Mundial Antidopaje y la Unión Ciclista Internacional para esclarecer el caso. "Si alguien quiere demandarme, adelante", advirtió.
Mientras, sus declaraciones ya han conseguido que el Astaná aparte a su asesor Walter Godefroot (señalado como inductor al dopaje cuando dirigía a Jaksche en Telekom) y que Milram piense en despedir a su director Gianlugi Stanga, en la misma tesitura.
