Otro viernes maldito para el New Zealand

Parece como si una maldición persiguiese al Team New Zealand desde la final del 2003, que perdió en Auckland, el santuario kiwi, frente al Alinghi por 5-0.

Fue precisamente un viernes, el 28 de febrero, cuando los neozelandeses, con 3-0 en contra, intentaban recortar diferencias con el Alinghi y rompían el mástil del NZL-82, teniendo que abandonar y dejando ya sentenciada la final en favor de los suizos.

Ayer también era viernes y, con 2-2 en el global de la final, el Team New Zealand estaba realizando una regata magistral. Superó al Alinghi en la salida, le arrinconó en el lado derecho del campo de regatas y pasó por la primera boya del recorrido con 12 segundos de ventaja sobre el SUI-100.

Una izada impecable del spinnaker le daba más ventaja sobre los helvéticos al comienzo del segundo tramo. En ese momento, Jerome Lomas, proa del NZL-92, se daba cuenta de un boquete en el spinnaker, la inmensa vela de nylon de 500 metros cuadrados que se usa navegando con viento a favor.

Se intentó cambiar rápidamente, pero justo cuando iniciaban las operaciones la vela se partía en dos y la parte superior quedaba sobre el mástil como una inmensa bandera roja. Se izaba un nuevo spi, pero, en pleno caos, tardaba demasiado en desplegarse.

Alinghi no desperdició la ocasión, les avanzó y la desventaja de 50 metros se convertía en 180 metros de ventaja. La regata estaba sentenciada y ahora los suizos ganan por 3-2. Es un solo punto, pero la moral de los neozelandeses ha bajado muchos enteros; la maldición puede volver a decidir.