Un 'New Zealand' agresivo destroza al rico 'Alinghi'

Los tiburones grises neozelandeses del New Zealand asestaron ayer la primera dentellada a las inmaculadas estrellas blancas del Alinghi suizo y empataron la contienda (1-1) en la final de la XXXII Copa América. Un triunfo kiwi que rompía la tradición del 5-0 para el vencedor que ha imperado en las tres últimas finales y que nos lleva, sin duda alguna, a la final más competida de la historia por la lucha de la Jarra de las 100 Guineas.

Después de la derrota en la primera jornada del sábado, en la que el nuevo SUI-100 del Alinghi asombró al mundo entero por su velocidad y maniobrabilidad, los neozelandeses se pasaron casi toda la noche en blanco estudiando los puntos débiles de los suizos. Ayer el NZL-92 volvió a ganar la salida, pero el Alinghi hizo valer de nuevo su velocidad en ceñida y su maniobra para cruzarse hacia la derecha en el primer tramo y superar a los neozelandeses en 19 segundos al paso por la primera boya. Los suizos nunca habían perdido una regata si cruzaban primero esta boya y Terry Hutchinson, el táctico estadounidense del New Zealand, optó por desatar las hostilidades y atacar al SUI-100.

Once trasluchadas (viradas con spinnaker) en el segundo tramo servían para recortarles seis segundos al paso por la segunda boya. El patrón del Alinghi, el estadounidense Ed Baird, optó por virar hacia la izquierda del campo de regatas y Dean Barker llevó al NZL-92 a la derecha. Aún así los suizos fueron al primer cruce y se colocaron a la derecha de los neozelandeses. Barker acercó su barco al del rival en un verdadero cuerpo a cuerpo y en la segunda virada neozelandesa el Alinghi no se cruzó por la proa de su rival y se limitó a virar en un grave error del táctico Brad Butterworth. El SUI-100 perdía una ventaja de casi dos esloras (50 metros) y lo más grave, el NZL-92 acorralaba al barco helvético en el layline (línea de rumbo directo a la boya), no le dejaba maniobrar y pasaba la segunda boya con 15 segundos de ventaja.

Los suizos intentaron hacer valer la velocidad de su barco en el último tramo en popa (a favor del viento), pero los neozelandeses respondieron a su rival y no le dieron tregua, ganando también el último tramo con 28 segundos de ventaja. La lucha sin cuartel no dejó lugar a la euforia en el NZL-92.

Ray Davies. Estratega del N. Zealand: "Somos competitivos"

Los hombres van a ganar en confianza y eso nos va a venir muy bien para los próximos días, que van a ser muy duros. El punto de inflexión de la regata fue un role de viento hacia la izquierda que nos permitió superar al Alinghi. Luego supimos empujarlo hacia el lado derecho, fuera del layline, lo que terminó por darnos la ventaja necesaria. Hemos demostrado que somos competitivos y que hay igualdad en cuanto a velocidad".