Barker gana a Spithill y piensa en el 'Alinghi' en la mente

Dean Barker tiene dos cicatrices deportivas. La primera data de 1995. Por aquel entonces Russell Coutts le ofreció embarcarse en el New Zealand en San Diego, pero cinco meses después retornó a casa para navegar en Finn de cara a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. No fue seleccionado y maduró la idea de abandonar la vela.

La segunda data de 2003. Cuando fue vapuleado inmisericordemente en la Copa América (5-0) ante sus paisanos por el Alinghi de Coutts, su mentor en el 95. Desde entonces cuenta los días para vengar la afrenta. Y cada vez está más claro que el 23 de junio volverá a medirse al Alinghi. Sin Coutts en popa, eso sí.

Ayer Barker sacó una bandera blanca envenenada en la guerra de la presalida. Dino regaló la iniciativa a James Spithill, caña del Luna Rossa, a cambio le puso una trampa. El ITA-94 obtenía una eslora de ventaja en la salida, pero Barker se cobraba un precio muy caro: ganaba el lado derecho del campo. Quid pro quo. New Zealand, que con vientos flojos (8-10 nudos) hace más proa (más grados de ceñida), montó la primera baliza con 40 segundos de renta. De ahí al final, los implacables kiwis la acrecentaron y el 1:38 final, un cañonazo en la línea de flotación rival, provocará hoy, día de descanso, cambios en el Prada (probablemente las alas del bulbo). Spithill clama vendetta contra Barker, pero las cuentas pendientes de éste son con el Alinghi...