Dean Barker, el tiburón gris neozelandés, le asestó ayer la segunda dentellada a James Spithill, el joven tiburón blanco australiano, y el Team New Zealand ya gana por 2-0 al Luna Rossa en la final de la Copa Louis Vuitton.

Los italianos lograron el lado bueno de la salida (el derecho), pero los kiwis volvieron a salir antes y en apenas diez minutos ya le superaban por 80 metros. Spithill inició una guerra de viradas y los neozelandeses respondieron. Además viraron hacia el lado izquierdo, yéndose, fuera del layline (línea imaginaria que delimita el rumbo directo en el campo de regatas) y vencieron la primera boya con 25 segundos de ventaja. El acierto fue total y el New Zealand ganó diez segundos más en el segundo tramo.

Nueva guerra de viradas en el tercer tramo, aunque el NZL-92 no entró de lleno y los italianos dominaban la parte derecha del campo de regatas aunque los neozelandeses viraban hacia la derecha y cruzaban a la izquierda para dar el golpe definitivo. Cuatro segundos más para los kiwis. El tramo final fue un paseo para Barker, que vencía por 40 segundos. Si hoy gana dejará a Spithill en mala situación, pero ojo, el tiburón blanco es peligroso cuando está herido.