Di Luca le traspasa la maglia a Marco Pinotti

Ayer fue el día del gregario en el Giro de Italia. Danilo di Luca le regaló la maglia rosa al también italiano Marco Pinotti y éste obsequió con la etapa al colombiano Luis Felipe Laverde. Son costumbres ciclistas incomprensibles en otros deportes, pero ya se sabe lo aferrados que son los ciclistas a sus tradiciones, por muy tontas o incluso peligrosas que sean.

Danilo di Luca ya avisó tras su victoria el miércoles en Montevirgine, que estaba dispuesto a traspasar el liderato para liberar a su equipo, el Liquigás, del trabajo de controlar el pelotón en estas próximas etapas. Con la esperanza de vestirse de rosa, en el km 61 saltaron los italianos Pinotti y Contrini, el colombiano Laverde, el francés Kern y el suizo Schwab. Lástima que no se metiera un español. Ricardo Serrano lo había intentado en el km 50, con Laverde, y el 52, solo, pero no tuvo suerte de pillar un tren que con el absentismo del pelotón llegó a la meta con siete minutos de adelanto.

Previamente, el colombiano Laverde atacó en el último puerto (a 24 km de meta) y el único que le respondió fue Pinotti. A partir de ahí ambos trabajaron asociados para que no les alcanzaran Kern y Schwab.

Para Laverde, la etapa; para Pinotti, el liderato, era el pacto. Pero el colombiano llegó muerto a la última recta, hizo el paripé de atacar a 300 metros y ahí se le fue el último soplo. Pinotti tuvo que frenar y hasta empujarle para que pasara primero la meta. Un espectáculo bochornoso.

Aunque Pinotti, 31 años, lo recordará como el día más glorioso de sus nueve años de profesional. Laverde, no; se acordará más de la etapa alpina que ganó el año pasado en Domodossola, aprovechándose de Fran Pérez.