En Londres se retaban los mejores del mundo con el récord en el punto de mira, pero no contaban con los 26 grados de temperatura, que cortaron las alas y pusieron plomo en las piernas de las estrellas. El que mejor se adaptó fue el keniano Martin Lel, que no figuraba entre los favoritos, quizá injustamente, porque había ganado en 2005 y el año pasado fue segundo.

Por el camino se quedaron figuras estelares, como el italiano Stefano Baldini, campeón olímpico, o el etíope Haile Gebrselassie, que se retiró pasado el kilómetro 30, con flato. Juan Carlos de la Ossa lo hizo no mucho después, con dolores musculares. Para Gebre es una segunda desilusión, porque el año pasado fue sólo noveno, y para De la Ossa un contratiempo, aunque esta retirada no debe disuadirle de volver a intentar el ataque a los 42.195 metros. El español hizo parciales de 30:12 (10 km), 1h 00:31 (20), 1h 03:56 (medio maratón) y 1h 33:51 (km 30).

Lel decidió la victoria en el kilómetro final, donde demostró mayor velocidad y mejor adaptación a un medio hostil, y se impuso por tres segundos al marroquí Goumri.