La falta de viento obliga a aplazar otra jornada

Cuando chocan dos masas de aire de diferente temperatura, una procedente del mar y otra de la tierra, surge el viento. Para ello, por tanto, es indispensable que exista cierta diferencia entre la temperatura de tierra y la del agua del mar. Cosa que no está ocurriendo en Valencia. Las regatas de Copa América deben disputarse con vientos comprendidos entre 7 y 23 nudos. En estos días, la diferencia entre la temperatura del agua y la de tierra es tan pequeña que la brisa no ha dado la talla aún.

El campo de regatas de Valencia se caracteriza por la estabilidad de sus vientos (garbi, gradiente y térmico). Cuando la ciudad presentó su candidatura, los expertos destacaron que los campos de regatas de La Malvarrosa y Pinedo garantizan la regularidad de un viento que sube "conforme se acerca el verano, ya que la temperatura de tierra aumenta y la diferencia con la del agua asegura una brisa estable", apunta Maximino Casares, jefe de meteorología del Desafío. El viento aumenta con el calor y el calor lo hace cuanto más alto está el sol. Eso provoca que el momento de mayor brisa térmica se produzca al mediodía solar (dos de la tarde) y a las tres sea máximo. De ahí el irónico nombre con que ha sido bautizado: el viento del prime time. Se dice que este televisivo viento influyó en la elección de Bertarelli sobre Valencia.

Además, si la brisa corre a favor de costa, debe subir y realizar el trayecto en dirección contraria para completar el ciclo. Y a veces, aparecen nubes que impiden que ocurra con lo que no se genera viento.

Previsores.

En los calendarios de regatas se contempla la posibilidad de suspensión por defecto o exceso de viento, por ello se suelen mantener días de reserva. Las de ayer, por ejemplo, se disputarán una en la jornada del domingo y otra, el lunes. Para las próximas horas, las predicciones hablan de un gradiente de primavera que subirá, debido al aumento de la temperatura en tierra. Se podrán disputar las regatas, pero también se habla "de una gama de brisas débiles". Es decir, el viento no subirá más allá de los 10 nudos. Algo que favorecerá a los diseños que apuestan por las ventolinas.

En cualquier caso, AS ha consultado al saber popular, el de los viejos lobos de mar del Náutico de Valencia. Esta es su predicción: tres días subiendo el viento, tres estabilizado y tres bajando. La última premisa se ha cumplido, ahora toca iniciar de nuevo el ciclo.