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Rugby | Seis Naciones

Twickenham tiembla ante la llegada del Atila francés

Chabal lidera a una Francia que busca arrasar hoy Londres

<b>ATILA, EL GALO. </b>Sebastian Chabal, una fuerza de la naturaleza.
getty images

Atila existe. Es francés y se llama Sebastian Chabal. Una atalaya de 1,90 y 117 kilos de músculo. La primera vez que pisó un campo de rugby recibió dos consejos. Primero: "Cuando recibas la pelota, no la pases, sólo corre hacia adelante". Segundo: "La línea más corta entre dos puntos es la recta". Nunca los olvidó. Este ariete humano es conocido en las Islas como Atila por sus feroces acometidas.

Hoy el barbado francés y sus hordas llaman a las puertas de Twickenham entonando 'La Marsellesa'. Laporte, su seleccionador, sabe que la derrota ante Irlanda dejó malherida a Inglaterra (el seleccionador inglés realizará once cambios respecto a los caídos en la batalla de Croke Park). Entre ellos es baja Wilkinson, lo que les obliga a apostar (y a rezar) por un rugby físico. Ahí entra Atila. Laporte alineará un XV titánico para descartar a Inglaterra de la lucha por el VI Naciones y quién sabe si del Mundial. Francia quedó sonada tras la paliza de Nueva Zelanda en noviembre (3-47) y ahora el seleccionador galo pretende hacer lo mismo con los ingleses. Por eso echa mano de Atila, a cuyo paso, dice la leyenda, no crece la hierba. Ni siquiera en Twickenham...

Chabal no es el único huno que formará en Francia. Laporte alineará a su lado a Serge Betsen, camerunés implacable en defensa que sale de cacería en los partidos. Pocos jugadores, incluido Makelele, abarcan la franja de campo que gobierna este flanker. Y a sus espaldas un apertura al que le priva el contacto, David Skrela (puro esparto), hijo del mítico Jean Claude (puro tercipelo). Y junto a él, Dimitri Yachvili, mariscal de campo de sangre georgiana experto en la guerra de trincheras. Será un encuentro tenso, profundo, de bayonetas caladas y pie a tierra. Habrá más riñones que piernas, los rucks chirriarán y las melés crujirán. Rugby añejo, con olor a linimento, a vaselina y con kilos de vendas para las orejas y los muslos. Rugby de color sepia, de ese que se descifra con una cerveza negra en la mano.

La guardia baja

. Inglaterra ha comenzado el partido bajando los brazos, al menos, eso se desprende de las declaraciones de su seleccionador, el mustio Brian Ashton: "Somos un equipo de Segunda y hoy nos medimos a uno de Primera". Mal asunto entregar las armas antes de saltar al campo de batalla. En el rugby las delanteras ganan los partidos y los alas deciden por cuánto. Hoy el paquete galo puede arrollar a los ingleses y su retaguardia enterrarlos.

Inglaterra no gana a Francia desde noviembre de 2003, semifinal del Mundial. Desde entonces los galos acumulan 17 triunfos en 19 partidos en el VI Naciones. Un exterminio. A Inglaterra le acechan esta tarde los hunos del rugby europeo: los franceses. "Encontraré un camino, y si no, lo crearé", advirtió Atila, el más sanguinario de los bárbaros, el mismo que hoy llama a las puertas de La Catedral de Londres: Twickenham. ¡Dios salve a Inglaterra! Si es que puede...

Faltan el título y la cuchara

El torneo ha entrado en su penúltima jornada con dos incógnitas por resolver: el ganador y la posibilidad de que haya cuchara de madera. El título puede acabar en manos francesas, inglesas o irlandesas. La cuchara de madera, sólo en las galesas.