Seis Naciones | Inglaterra 42 - Escocia 20
Wilko y catorce ingleses más tumbaron a Escocia
Jonny lideró a su selección y ganó la Copa Calcuta
Dios, Buda, Alá o quien quiera que parta el bacalao allí arriba, regaló al fútbol a Pelé, al toreo, a Curro Romero y al boxeo, a Muhammad Ali. Al rugby le ha tocado en suerte Jonny Wilkinson. Menudo jugador (¡) capaz de desviar un tsunami, apagar un volcán o desatar una galerna. Ayer se esperaba en Twickenham a El Cid y apareció Superman.
Jonny Wilkinson es el Mesías del rugby inglés. O quizás del rugby. A saber: Desde que Wilko estrenó la zamarra de la rosa el 4 de abril de 1998, Inglaterra ha caído con Jonny en el campo en uno de cada diez envites. Sin él, ha perdido los mismos partidos que ha ganado (23). Y él, concretamente su pierna derecha, la mala, le dio al Hemisferio Norte su primer Mundial. Es el enviado.
Dicho esto, hablemos de ayer. Escocia llegaba lista para medirse a la reencarnación de Wilkinson, pero se lo encontró resucitado. Y cómo de fantasmas saben algo (Harry Potter y Nessy, el monstruo del lago, son tan escoceses como el whisky) apostaron, no quedaba otra, por evitar el cuerpo a cuerpo. Inglaterra, 51 millones de habitantes, acorraló a Escocia, 5. Los del cardo aguantaron el primer empellón y se remangaron. Tomaban aire gracias al espectacular pateo dinámico de Parks y el aseado pateo estático de Paterson. Incluso acariciaron la Copa Calcuta tras el ensayo de Taylor (6-10), pero desataron la furia de Wilko. Jonny exhibió su patada (golpe y drop) antes de colarse entre sus centros creando una superioridad a la mano en el ensayo de Robinson. Maiobra genial. De ahí al final, estoica resistencia escocesa y lección de Jonny. Ayer, año 9 d.w. (después de Wilko), resucitó el Mesías (y con él, Inglaterra). Hoy, domingo, día del señor, Brian Dios O'Driscoll visitar la tierra de los dragones. Deporte divino, este del rugby.