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Graham Henry

"Si el rugby es una religión, los All Blacks son profetas"

El Olimpo del rugby alberga ilustres técnicos: el galés Carwyn James, el escocés Ian McGeechan, el galo Pierre Villepreux, el surafricano Nick Malett, el inglés Clive Woodward.... Graham Henry, que profesionalizó el rugby galés y planea ganar el Mundial con los All Blacks, está a las puertas.

Graham Henry
reuters

¿Cómo acaba un profesor de geografía entrenando a los All Blacks?

Es una historia muy larga.

Tenemos tiempo...

Empezó de forma accidental. Era profesor del colegio Kelston en Auckland y un día me tuve que hacer cargo del equipo de rugby debido a la repentina muerte de su entrenador, Jim Paton mientras practicaba jogging. Ocurrió... en 1987.

El año que Nueva Zelanda ganó su primer y único Mundial. ¿Una señal?

Un hecho.

Le fue bien, pero se resistió a dedicarse a ello. ¿Por qué?

Me iba bien con los chavales (ganó cuatro títulos del campeonato nacional escolar, entre 1993 y 1996), me encontraba cómodo con las clases y los chicos. Pero en 1996 recibí una oferta para entrenar a Auckland Blues y tuve que elegir.

Triunfó y poco después le dieron la opción de dirigir a Gales, la selección con más pedigrí del Hemisferio Norte. No era un plato de buen gusto, vivían años difíciles y le firmaron un contrato de 250.000 libras, el más alto de la historia a un técnico. ¿Le pesó?

(Sonríe socarronamente antes de responder con ese peculiar inglés atropellado por su acento de 'Down Under' de pura cepa). Fue una experiencia bonita y exigente. Siempre estaré agradecido por cómo se portaron conmigo allí.

Su apodo, 'The Great Redeemer' (El Gran Redentor), denotaba el rol que debía asumir. ¿Cómo vivió la tarea de profesionalizar un rugby tan tradicional como el galés?

En Gales el rugby se considera una cuestión de Estado. El país respalda a su selección porque es uno de sus patrimonios. Hay que tener sensibilidad para gestionar eso.

Algunos históricos le recibieron de uñas. ¿Pensó en tirar la toalla?

Nunca. Le contaré algo.

Diga...

En febrero del 99 viajamos a Escocia para el Seis Naciones. La mañana del partido me asomé a la ventana del hotel y había 20.000 camisetas rojas invadiendo Prince's Street. Edimburgo parecía Cardiff.

¿Qué diferencias hay entre la afición galesa y la neozelandesa?

Son dos aficiones apasionadas, pero el galés tiene background, cultura de rugby.

¿Guarda buenos recuerdos de aquella experiencia?

Por supuesto. El triunfo ante Inglaterra en Twickenham o el de Suráfrica en la inauguración del Millenium Stadium.

Se comenzó a hablar del factor X de Henry...

Hay periodistas (jour-na-lists, marca las sílabas intencionadamente) que sostienen que tengo olfato para detectar jugadores de talento. Simplemente he tenido la suerte de dirigir a grandes jugadores en mi carrera.

Ojo clínico tiene porque el grueso del Gales que conquistó el Grand Slam en 2005 fue descubierto por usted. Peel, Henson, Jones, Owen...

El talento manda. Puedes trabajarlo, pero o lo hay o no lo hay.

El Midas del rugby, decían.

Otra pregunta, please (apunta incómodo cuando la pregunta esconde algún elogio).

Su gran trabajo con Gales, le convirtió en el primer técnico no británico que dirigió a los British Lions en una gira.

Pude conocer otras escuelas del rugby. La inglesa, la irlandesa, la escocesa...

Y a estrellas como O'Driscoll o Wilkinson. ¿Son diferentes los jugadores de las Islas y los del Hemisferio Sur?

Los buenos jugadores no tienen pasaporte, tienen talento y clase.

Luego cuadró el círculo dejando Gales en 2002 y cogiendo en 2003 a los All Blacks.

Es el sueño de todo neozelandés. Le confesaré que hace tiempo tuve una visión: Nueva Zelanda sería campeona del mundo.

Todo apunta a que el 20 de octubre McCaw hará realidad su visión en Saint Denis.

Queda lejos aún. Pensar eso es desconocer la historia del rugby.

Pero sólo han perdido dos veces en dos años, ambas con Suráfrica.

Es un dato y tiene dos lecturas. La suya: sólo han perdido dos veces en dos años, es fácil que ganen. La mía: si perdemos una vez en el Mundial, es fácil que volvamos de vacío.

Vale, me rindo.

Nunca se rinda.

Hay quien sostiene que el rugby es una religión. ¿Qué opina de ello?

(Sonríe y se toma unos segundos antes de responder). Si damos por bueno que el rugby es una religión, entonces los All Blacks son profetas porque es indudable el impacto que tienen los All Blacks fuera del entorno del rugby.

Y consecuentemente alguien que entrena a Gales y Nueva Zelanda le correspondería ser el Papa del rugby.

Ja, ja, ja... No lo había pensado. El pasado Mundial de rugby fue el tercer evento deportivo más seguido tras el de fútbol y los Juegos Olímpicos. No sé si religión, pero algo hay.

Volvamos a lo serio. Ha destripado los vídeos de la delantera inglesa en el Mundial 2003 para aleccionar a sus hombres. ¿Es extrapolable?

Al rugby juegan 15. Todos atacan y todos defienden. De todo se aprende y todo es mejorable. Y todo se hace siempre en función del balón.

¿Juega la presión de ser favoritos en su contra?

Hace dos años le habría dicho que sí, pero hoy en día éste es un equipo maduro. Soporta la presión porque su nivel de exigencia es mayor que el del entorno.

"Ganar y disfrutar es compatible". ¿Lo mantiene?

El jugador ofrece su mejor rendimiento si disfruta. La sonrisa de un jugador mío es el mejor síntoma. Y divirtiéndose, divierten al público.

Pese a las críticas, usted incorporó las rotaciones y se dice que si Nueva Zelanda hiciera dos equipos, jugarían la final del Mundial.

Aquí desarrollamos varios aspectos del individuo: fuerza, velocidad y, sobre todo, espíritu grupal. Los All Blacks somos una familia, fuera del campo y dentro. No somos 15. Lo segundo, no merece comentario.

¿Rivales para el Mundial?

Australia y Suráfrica, siempre. En Europa veo bien a Gales e Irlanda. Y Argentina.

¿Deja usted fuera a Inglaterra y Francia?

No, pero hay que ver su evolución de aquí al Mundial. Sufren las lesiones de jugadores capitales como Wilkinson y Michalak y eso ha trastocado sus planes.

Argentina decía.

Al problema de Argentina hay que buscarle una competición. Sólo juega amistosos y el Mundial.

¿Tres Naciones? ¿Seis Naciones?

No soy yo el que debe plantear eso, pero es justo buscar una solución.

¿Y España?

Con Glynn ha mejorado. Coincidí con España en el Mundial 99 y es valiente. El Seis Naciones B le ayudará.

El futuro es...

...de los niños. Hay que educarles en los valores del rugby: honestidad, superación y compañerismo. Este es un gran deporte, se lo dice alguien que llegó del cricket.

No todos los días se pude hablar con el Papa del rugby. Ha sido un placer.

Sospecho que es usted creyente de ésta religión nuestra.