Epílogo a ritmo de drop para Robinson

El drop es el pellizco del rugby. Y así, a pellizcos, sucumbió Inglaterra ante Suráfrica en una derrota que debe certificar la marcha inmediata del seleccionador inglés, Andy Robinson (13 derrotas en 22 encuentros). Él se resiste.

No parece que el técnico inglés prestase mucha atención a la pizarra en un encuentro capital para su futuro. Porque el drop es al juego surafricano lo que el arroz a la paella o el tomate al gazpacho. Suráfrica ganó en Twickenham por nueve y Petrorius pasó cuatro drops (12 puntos). Es decir, los pellizcos del medio melé springbok desangraron a una Inglaterra que boquea a nueves meses vista del Mundial. Un parto pensará Rob Andrew, mánager inglés, que ve como Robinson se aferra al cargo mientras medio país pide su cabeza. No parece partidario de medidas drásticas, aunque el enfermo pinta mal.

Pero la tarde dio para más. Argentina encadenaba cuatro triunfos seguidos ante los galos. Pero ayer un solitario punto (27-26), quizá aquel drop errado por Hernández, les impidió sumar el quinto. Dominici salvó la papeleta a Francia con dos ensayos. Los Pumas, bien, con el cuchillo entre los dientes, pero blandos de cuartos traseros. Salen reforzados de la gira, tras hacerle un hijo a Inglaterra, un roto a Italia y una siete a Francia.

'Atila' Carter

. Nueva Zelanda arrasó a Gales (10-45) tras verse obligada a hacer la haka en el vestuario al negarse los galeses. Si los hunos jugasen al rugby serían All Blacks: tras su paso no crece la hierba. Carter sería Atila. Además, Australia alivió su crisis apalizando a Escocia (15-44). Si el Mundial comenzara hoy, Nueva Zelanda llevaría el oro, Francia el incienso y Argentina o Irlanda, la mirra. ¿Inglaterra? Carbón, kilos y kilos...