Partido de trámite ante una Chequia en guerra civil

La cornada que la Selección española propinó a la República Checa en Praga hace dos semanas (12-33) ha resultado ser de dos trayectorias. La primera, la evidente, la visible. La sangría de puntos que encajaron los de Kafka. La segunda, de la que no teníamos conocimiento, se descubrió horas después del partido. Uno de los jugadores más sobresalientes de Chequia, su capitán Ladislav Vondrasek, criticó el planteamiento de su seleccionador. El técnico atajó la rajada apartándolo del equipo. Pero eso no fue todo. La medida no fue bien recibida por cinco de sus compañeros, que han renunciado a jugar mientras no sea convocado Vondrasek.

La cuadrilla la conforman Jan Machácek, Václav Jursík, Jirí Skall, Robert Voves y Lukás Rapant. Jugadores de peso en el equipo. Con este clima pre-bélico y el equipo lleno de novilleros salta Chequia al albero de la Central Universitaria.

En España el seleccionador repite convocatoria como premio al buen trabajo desarrollado en Praga. Roqué afinará su pierna, pero volverán a ser los dinámicos delanteros españoles y el buen momento de Astarloa los puntos fuertes de los nuestros. El espectáculo, sin embargo, puede estar en la grada de la Central, donde se espera que los aficionados secunden a la Selección con su ánimo. Buena oportunidad para disfrutar. Porque luego nos esperan Georgia y Rumanía, campeona y subcampeona de Europa. Dos miuras que pondrán muy cara la Puerta Grande del Mundial. Pero eso será en el sexto de la tarde. Hoy toca disfrutar del cuarto, un novillo envenenao por la destreza de los españoles en el tercio de banderillas (la ida). Suerte y al toro.