La infranqueable defensa de Kramnik anestesia a Topalov

Kirsan Nikolayevich aconsejó a Veselin Topalov visitar la Catedral ortodoxa de Kanza, y allí pasó el lunes, primer día libre. Vladimir Kramnik prefirió quedarse en sus cuarteles degustando los sabrosos guisos de Víktor Bobylev, cocinero de su equipo. Mientras el búlgaro alimentaba el espíritu, el ruso alimentaba el cuerpo.

Quizás por ello la tercera partida resultó reposada, como una buena digestión. Firmaron tablas tras 38 movimientos. La partida más corta de las jugadas. Topalov sonrió en la rueda de prensa posterior por primera vez. Kramnik, también.

Ayer el gesto de Topalov denotaba tensión. Jugaba con blancas. Daba primero y debía elegir bien dónde. Obligado por su desventaja, se esperaba un despliegue marcial del ejército blanco sobre el tablero. Sin embargo, Kramnik volvió a demostrar sus dotes de fajador. Maniató a Topalov, anestesiando la partida hasta condenarla a unas irremisibles tablas. El ruso está a 3'5 puntos de la corona. Tres saltos y medio o siete pasos. Camino o atajo.

Hoy disfrutarán de otra jornada de descanso. Topalov tiene hambre, pero su apetito no lo saciará un cocinero. Y Kramnik alimentará su espíritu viendo a las bellas chicas de Kalmykya.