El amarillo gafa a Schwarzy

En septiembre de 1997 Thor Hushovd (Grimstad, Noruega, 18-01-1978) estaba de vacaciones en Canarias y por la tele vio como su amigo Arvesen batía a Freire en el sprint por el Mundial Sub-23 de San Sebastián. "Sí este puede, también yo", se dijo. Y decidió volver a ser ciclista. Tenía ya 19 años y por fin terminó de dar tumbos en sus actividades, siempre deportivas. Jugaba al fútbol en verano y practicaba el esquí de fondo en invierno. Pero como vivía al sur del país, donde sólo había tres meses de nieve, tenía que estar continuamente viajando para competir. Se aburrió y se dedicó al ciclismo. Y al poco, también se cansó.

Así que aquel día frente al televisor fue providencial para Schwarzy, que así llaman sus amigos a este gigantón de 1,83 metros y 81 kilos, comparándole a Schwarzeneger. Y efectivamente, Hushovd también fue campeón del mundo al año siguiente en Valkenburg (1998), pero de crono. Y meses antes había ganado la París-Roubaix amateur sin conocer el pavés ni por la tele.

Pasó a profesionales en 2000 y desde entonces Thor (nombre del dios del trueno y de la guerra en la mitología escandinava) no para de golpear con su martillo en los sprints. Son 40 victorias en siete temporadas, entre ellas cuatro etapas del Tour y una en la Vuelta (Cuenca, 2005). Es el primer noruego que viste el maillot amarillo de la Vuelta y el segundo, tras Lauritzen, que lo ha lucido en el Tour. Lo logró en 2004 (un día) y este mismo año (dos). Recordarán que ganó el prólogo y que al día siguiente una mano de cartulina, de las que reparten como publicidad, le segó el brazo. Al día siguiente recuperó el maillot amarillo. "Vi tanta sangre que me asusté. Afortunadamente fue más aparatoso que dañino. Pero pensé que el maillot me daba mala suerte, pues también me caí cuando lo vestí en 2004". Cuidado con la etapa de hoy, Schwarzy.