Donald marca el paso con el tirano Woods al acecho

El PGA se pone serio, como Tiger Woods cuando saca un puño después de meter un putt. El número uno del mundo jugaba anoche batiendo registros. "No comete ningún bogey desde el primero hoyo del jueves". Son treinta y tantos hoyos sin cometer errores lo suficientemente graves como para sumar un bogey (¡+1!). No hay nada que pueda con estos registros, o al menos eso creíamos antes de vivir uno de los sábados golfísticos más apasionantes.

Los birdies de Tiger (camino del -10) eran minados por el espectacular arranque de Sergio García, el que nos gusta ver: birdies al 2, 3 y 5. "Aquí no sopla el viento, lo que beneficia que todos podamos aspirar al título", dijo en la madrugada del viernes. No estaba equivocado nuestro aspirante (Olazábal se caía a medida que sus bogeys y el agua del 17 aparecían en su tarjeta). El ocho bajo par era un resultado al alcance de casi una decena de golfistas, con especial mención Luke Donald. Es un proyecto de ídolo, un inglés que pasó directamente a la élite del golf norteamericano sin ni siquiera preocuparse por hacer patria chica. Afortunadamente estará en la Ryder Cup con sus amigos los europeos. Su buenos putts en los hoyos 2, 3, 5, 6 y 9 le colocaron -13, el doble dígito soñado.

Mike Weir (ganador de un Masters) y Shaun Micheel (PGA) se habían colado en la fiesta de Luke, y también de Sergio, -4 en once hoyos. Este PGA de las rachas se resolverá hoy a base de birdies, y no con los pares que presumían todos. El campo de Medinah es benévolo, los greenes receptivos y el domingo muy largo. Todo es posible y Sergio está ahí. ­