Buscando a Walkowiak

Hace 50 años, un francés semidesconocido, Roger Walkowiak, ganó un Tour que tenía mucho en común con este. Ningún antiguo vencedor participaba en la carrera. Así que tampoco había favoritos claros, ni equipos que controlaran. Eso fue lo que aprovecharon Walko y otros 30 ciclistas para protagonizar una escapada que llegó a meta con 18 minutos. Como no había ningún corredor ilustre entre los fugados, nadie dio excesiva importancia a la diferencia y al vuelco en la general. Ya irán cayendo. Y cayeron, s todos, menos Walkowiak.

La primera etapa pirenaica se saldó con la estupenda victoria de Juan Miguel Mercado y con el liderato del francés Cyril Dessel. Ambos llegaron siete minutos antes que el grupo. En la general, el nuevo maillot amarillo aventaja en 2:34 a Mercado y en 3:45 a Gonchar. Landis se aleja hasta los 4:45 y Klöden queda a 5:35. La pregunta es incontenible: ¿Estamos ante un nuevo Walkowiak? ¿Lo podría ser Dessel o encajaría mejor Mercado?

Dessel, de 31 años, es un ciclista que ha logrado este año su única victoria relevante: el Tour del Mediterráneo. Hasta entonces, víctima de las lesiones, de la incomprensión de algún director, e imagino que de sus miedos, sólo había ganado una carrera menor en Luxemburgo y sólo había disputado un Tour. Y no subía mal. Y destacó en alguna Dauphiné que se nos pierde en la memoria. Pero no era nadie. Exactamente como Walkowiak, que ni siquiera corrió el Tour de 1956 con el equipo de Francia, sino con una modesta formación regional que vestía de violeta (Noreste Centro).

Mercado, de 31 años, fue un niño prodigio que deslumbró a los 23 con una victoria en Los Lagos. Le dimos, recuerdo, la prudente bienvenida que se regala a los escaladores puros: "Ha nacido una estrella". Sin embargo, como ocurre demasiadas veces, el genio se disipó. Antes, eso sí, firmó un suculento contrato con el Quick Step e incluso fue elegido por la marca de tarimas flotantes para anunciar su producto en televisión, sorprendente apuesta, ya que el verbo de Mercado fluye como el de su paisana Rosa de España. Aunque ganó una etapa del Tour en 2004 (llana, curiosamente), el pasado verano nadie se acordó de él, salvo un equipo francés de segunda fila, que acude como invitado al Tour y viste con tonos violetas.

Si todo esto es un sueño lo sabremos hoy, después de una maravillosa etapa que obliga a escalar Tourmalet, Aspin, Peyresourde, Portillon y, por fin, Pla de Beret. Ayer por la tarde llovió en el Valle de Arán y el cielo tenía un peculiar color gris granito. Como Walkowiak.