Tarjeta de visita en la Catedral

Yo digo | Jesús Mínguez

Tarjeta de visita en la Catedral

En Wimbledon, o crees que puedes hacerlo y lo haces, o te vas". De esta forma tan contundente Toni Nadal, el tío y entrenador de Rafa, le describió a su sobrino cómo se las gastan en la hierba del All England Club. Y él se lo creyó. Creyó que podía ganar el torneo más grande en su tercera participación, con 20 años. Después de alcanzar el cielo de París, pensó que conseguiría dominar los nubarrones de Wimbledon y nos lo hizo creer a todos. Esa es la magia de Nadal. Él se coloca el primero de la fila, grita "¡Vamos!" y los demás le seguimos con fe ciega. Por eso nos desinflamos ayer un poco, porque nos parecía posible que Federer cayera como en París, Roma, Montecarlo, Dubai o Miami.

Pero miremos más allá. Miremos al año próximo. Este chico de 20 años ha dejado su tarjeta de visita en la Catedral del tenis, un cartoncito en el que se podría leer algo así: "Rafa Nadal. Aspirante a todo. Conquistador de imposibles". Ahora, el próximo mes de julio podremos tener un ojo en el Tour y otro en Wimbledon, porque hemos descubierto que por fin hay alguien capacitado para ganar el único Grand Slam que se juega sobre hierba, con el que todos los tenistas sueñan pero que sólo Santana sabe lo que es ganarlo en categoría masculina. Tenemos la certeza de que no habrá que esperar 40 años para que aparezca otro español capaz de triunfar. Ya lo tenemos aquí, es Nadal. Y él cree que puede hacerlo.