Polideportivo | Lissavetzky visitó AS
"Lo de Madrid 2016 es bueno para todos"
Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, visitó ayer la redacción de AS y repasó la actualidad deportiva, desde la candidatura de Madrid 2016 a la Operación Puerto, impulsada en gran parte por él, y la lucha contra el dopaje, de la que ha hecho bandera.
Puede que estuviera escrito que serían un químico del CSIC, no confundir con CSI, y un médico. Quien mejor que ellos para sacar al deporte español de la farmacia. Hace tiempo que Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, aparcó la bata blanca, la misma que dejó atrás Rafael Blanco, director general de deportes y Sancho Panza en esta empresa casi quijotesca en la que se ha convertido desintoxicar al deporte español. Con ellos España ha recuperado las dos zancadas que llevaba de retraso en la lucha contra el dopaje. Y sin embargo, las cicatrices, trofeos de futuro, aún son heridas que escuecen a Lissavetzky porque todavía siguen frescas.
Ayer, El Ministro, como le llaman en Francia, aterrizó en el AS cuando el reloj acariciaba las tres de la tarde acompañado de su trouppe, tipos discretos y minuciosos que apenas se permitían una concesión: una centenaria corbata de cuño sevillista.
Talante relajado, sonrisas estresadas. Lissavetzky ha ganado sonadas batallas, la última la guerra del dopaje, pero su libro de ruta sigue contemplando el futuro. Y en la inminencia, surge un nuevo capítulo de una historia inacabada: Madrid y los Juegos Olímpicos. "Lo de Madrid es bueno para todos". Y abandonando el terreno de la obviedad apunta: "Lo importante es saber qué puede aportar el proyecto a los madrileños. Barcelona 92 hizo que la ciudad mirará al mar y Madrid 2016 debe suponer una ventaja para la ciudad y toda la gente que habita en ella. Se dice que las ciudades crecen en función de cómo se desplazan los estadios de fútbol". Alfredo Relaño se suma a esa teoría: "Es cierto antes se le ponía al estadio el nombre del barrio en el que lo construían y ahora el estadio da nombre al barrio".
Comienzan a surgir las claves de una candidatura que estuvo en el alero durante algún tiempo. El secretario de Estado aporta una valiosa pista:"Rogge estuvo encantador con Madrid durante su última visita. Nos hizo un guiño para que la ciudad volviera a presentar su candidatura". Ángel Cruz enreda buscando posibles adversarias. "Río de Janeiro sería un difícil rival", apunta. Parece haber metido el dedo en la llaga: Lissavetzky resopla mientras frunce el ceño. "Tampoco San Francisco es buena compañera de baile", apunta Luis Lucio.
Pero si algo ha disparado la popularidad de Lissavetzky en Europa, eso ha sido su actitud insumisa ante el dopaje. Francia ha elevado su figura a los altares del fair play, justo a la derecha de Marie George Buffet, la ministra del dopaje. La misma que en el 98 bajó de la bicicleta a aquel Festina pringoso. El diálogo en la sala noble de AS arranca picando alto: "Después de lo ocurrido es un buen momento para que organizadores, directores y ciclistas se planteen ¿qué quieren hacer con el ciclismo? Es hora de reflexionar". Relaño lo hace en voz alta: "Todos nos hemos equivocado, pero unos lo hemos descubierto antes que otros. Cuando un atleta daba positivo, se considera una infamia, pero cuando lo hacía un ciclista la percepción era menos grave. Entendíamos que el ciclismo es un deporte más sufrido y al final todo esto ha desembocado en una situación esperpéntica. El primero se dopa, y el segundo, y el quinto Y así hasta el 100. Al final pierden la situación de vetaja y el único que saca ventaja de todo esto es Eufemiano Fuentes".
Juan Antonio Gutiérrez, otro de los padres de este Wartegate del ciclismo, desliza un nombre sobre la mesa: "¿Y qué dice McQuaid de todo esto". Sale presto al corte Rafael Blanco: "A día de hoy la UCI no ha realizado un movimiento al respecto de la Operación Puerto. De España se marchó sabiendo todo lo que se podía saber en ese momento sobre la Operación y la investigación abierta".
La barra libre.
El diálogo cobra profundidad cuando se plantea la opción de la barra libre. Lissavetzky no se arredra: "Es impensable porque va contra la salud de la persona. Además se partiría de situaciones de desigualdad porque hay corredores que no tendrían tantos recursos financieros como otros y se acabaría en aquello que Manzano denunció del tratamiento de cinco estrellas y el de los pobres". Relaño asiente: "Si por algo nos gusta el deporte es por lo que tiene de excelencia del ser humano". Guti piensa en voz alta: "Se echan de manos las pájaras en las carreras, como ocurría antes". Relaño apoya la tesís de su capo de ciclismo: "Es bueno que se demuestre que el ciclismo va más lento. Es una prueba de la humanización y la limpieza de la carrera y el pelotón".
Lissavetzky revela algo desconocido hasta ahora: "Recuerdo que cuando salió el positivo de Heras, el presidente en España de Seguros Liberty, Luis Bonell me pidió opinión sobre si debía retirar el patrocinio al equipo ciclista. Le pedí que no lo hiciera, pero claro luego pasó lo de la Operación Puerto, el desengaño fue grande y me comunicó que retiraba su patrocinio".
El dirigente muestra un talante tajante cuando se habla del futuro del ciclismo: "No vamos a ceder en la tolerancia cero contra el dopaje. Para el ciclismo es bueno que aparezca gente como Manzano o David Millar". Lissavetzky ha manifestado públicamente que el testimonio de Manzano ayudó mucho en la investigación: "Su revelación fue clave y ustedes deberían sacar pecho por ello. Ha sido importante para la investigación la declaración de Manzano a este diario y al juzgado contando la prácticas dopantes. Y también el volumen de información incautada".
La situación es relajada y Lissavetzky lo deja entrever al contar una vieja historia que circula por el mundo del deporte: "Se comenta que en la antigua Europa del Este un deportista fue a recoger sus análisis antidopaje y le dijeron: 'Tenemos dos noticias. Una buena y una mala. La buena es que no ha dado positivo la mala es que está embarazado. La orina era de su señora esposa". Relaño se plantea si el efecto que ha tenido la Operación Puerto en el deporte español ha tenido un efecto más positivo que negativo. El secretario de Estado advierte la sensación agridulce que le deja todo esto: "¿Si la Operación Puerto es buena para el deporte español? La parte positiva es que hemos demostrado a todo el mundo que estamos luchando contra el dopaje activamente y la parte negativa es que presuntamente hay ciclistas españoles. Lo que no es bueno para el deporte español. Sin duda". Lissavetzky, que no parece hombre de apuntarse tantos, advierte pese a los malos presagios, que sí hay dinero para el deporte. Pero visto el panorama "los patrocinadores quieren invertir en el deporte profesional como clean (limpios) sponsors".
Pese a algunos agrios comentarios recibidos durante los últimos meses, Lissavetzky no desfallece en su empeño convencido de que "esta batalla merece la pena. España estaba marcada por su permisividad en el dopaje y ahora la imagen ha mejorado, aunque esto no debería decirlo yo. Eso sí, debemos seguir hasta el final, si no, no habría servido tanto esfuerzo". Puede presumir de la Operación Puerto, la mayor redada antidopaje llevada a cabo en el deporte profesional a día de hoy. Pero El Ministro también puede sacar pecho con otras iniciativas como la Ley Antidopaje, "la consecuencia de esta lucha. Ha sido complicado sacarla adelante. Hemos conseguido un consenso institucional deportivos y políticos". Y no es lo único de lo que puede presumir: "Podríamos hablar de los 54 millones de euros invertidos en el Plan ADO, de los numerosos éxitos de nuestro deporte en estos años Y además, estamos realizando una política deportiva basada en el juego limpio con la Ley Antidopaje y la Ley contra el racismo y la xenofobia. Quedan otros retos, aumentar la transparencia con un nuevo reglamento electoral y la mejora vía decreto de las condiciones en los deportistas de alto nivel".
Lissavetzky se pone serio cuando Guti habla de la teoría del ventilador, según la cual el ciclismo se ha empeñado en salpicar a otros deportes con acusaciones veladas de dopaje."Parece que determinada gente del ciclismo quiere que esto sea como lo de Sansón y los filisteos. Tiramos las columnas y todos debajo". Minucioso y detallista vigila con recelo las notas que este redactor anota en su libreta, hasta que en un momento dado advierte divertido: "Apunta esto bien claro. En la Operación Puerto no hay futbolistas, baloncestistas o tenistas. En eso debo ser claro y tajante".
Se acerca el final del encuentro y alguien recupera el tema de Madrid 2016 abrochado a la persona de Sebastián Coe, el hombre que desequilibró la balanza a favor de la capital inglesa con su testimonio en Singapur. Relaño alaba la actuación del mediofondista inglés ante el COI: "Hizo un alegato a lo 'Carros de Fuego' que nos enbelesó a todos. Su discurso legitimó en el ámbito de la honorabilidad deportiva a la candidatura de Londres".
Lissavetzky pondera el peso de Coe en la decisión final: "Londres tenía a Sebastián Coe, que fue un magnífico estandarte y convenció a mucha gente". ¿Y quien será el Sebastián Coe español para Madrid 2016? Un silencio recorre la sala antes de que alguien aventure el nombre de Iñaki Urdangarín sin mucha fe. El nombre es lo de menos, al menos por ahora. Coe apareció en el tramo final de la elección y decidió con su flema británica. ¿Estiarte? ¿La eterna presencia de Samaranch?
Lissavetzky puede parecer un químico, pero no se dejen engañar, debajo de ese rostro sobrio e institucional se esconde un niño que ama el deporte desde pequeño. Un chaval que acudió al Mundial de Inglaterra aquel verano del 66 con su madre cuando apenas contaba con 14 años. Un aficionado que aún recuerda la primera portada de AS en la que salió el boxeador Juan Albornoz 'Sombrita', allá por finales del 67. Se puede afirmar que en su vida fue antes el deporte que la química, como en el viejo y amado ciclismo. Ahora, casualidades de la vida, le ha tocado a él enemistarlos por el bien del deporte. Y no le han dolido prendas a la hora de hacerlo. Ahora se relame aún las heridas. Dentro de unos años presumirá de cicatrices...