Rafa Nadal superó ayer una prueba seria en su camino hacia Wimbledon, el Grand Slam sobre hierba que comienza el próximo 26 de junio. Si lo que quería era partidos incómodos para ir descubriendo las claves del juego sobre la superficie deslizante, un compatriota se lo ofreció. Fernando Verdasco comenzó con una salva de zurdazos que desconcertaron a Nadal y le llevaron a perder la primera manga por 6-2.

Verdasco propuso al mallorquín un cara a cara desde el fondo de la pista. Un partido duro e igualadísimo y que se decidió por detalles, el más importante que el madrileño comenzó a sentir fuertes dolores en la zona lumbar que le hicieron requerir la ayuda del fisio. La segunda manga, tras levantar Verdasco dos bolas de set, se decidió en el tie-break (7/3). A partir de ahí, Fernando se agarró con uñas y dientes a un partido que se le escapaba por su mal estado físico y aún así consiguió salvar dos bolas de partido antes de llegar al tie-break definitivo que también acabó 7/3.

Pero el gran test para calibrar si Nadal es capaz de hacer algo grande ya este año es Lleyton Hewitt, con quien se enfrenta hoy en cuartos de final. El australiano, que ayer derrotó al sacador bielorruso Max Mirnyi, ha ganado Queens en tres ocasiones y Wimbledon una (2002).

"Me vendrá bien para mejorar"

Rafa Nadal advirtió ayer que "Hewitt es de los mejores jugadores del mundo sobre hierba. Me vendrá bien para mejorar porque tendré que dar lo mejor de mí para ganarle. Este ya sí que será un partido difícil". Precisamente, el español viene de derrotar por vez primera al australiano en Roland Garros, aunque sobre polvo de ladrillo. "En el partido contra Verdasco fui ganando confianza a medida que avanzaba. No es fácil estar tres horas sobre hierba viniendo de jugar en tierra, pero estoy contento".