Cuestión de confianza

Rafa Nadal se confesó ayer a Alex Corretja en una entrevista. Entre colegas, las palabras fluyen fáciles y le dejó una frase que la podría haber firmado El Cid antes de enfrentarse a la reválida de este año en Las Ventas: "Hay que saber disfrutar sufriendo". Rafa ha conseguido encontrar cierto placer cuando siente la presión. Hoy se duchará con agua fría antes de salir, alineará de forma perfecta sus botellas de agua, se colocará los calcetines, dará una carrerita y varios saltos en el fondo de pista y se dispondrá a defender su reinado sobre la tierra. Rutinas para aliviar una presión con la que ha aprendido a convivir y que no le ahoga, como no la ha sentido Tommy Robredo al plantarse en París con su nombre rodando de boca en boca después de ver cómo rebosa seguridad.

Sin embargo, Federer sintió demasiadas miradas sobre su nuca en el debut. Que si yo no quería jugar en domingo. Que si el viento. Que no me hacen caso los organizadores... Excusas que suenan a que no disfruta sufriendo. "Todo lo que hay antes de la final es presión adicional", advirtió. No debería dar pistas. Esto del tenis es cuestión de confianza. La que no parecen tener algunos en Francia respecto a los éxitos del tenis español.