El campeón de España vence en San Pellegrino

En una fuga de 20 corredores sólo dos, Juanma Gárate, campeón de España, y el alemán Jens Vo­igt llegaron destacados a la última rampa del imponente San Pellegrino. Siete horas y trece minutos pedaleando durante 224 km por los Dolomitas. A 400 metros del final, Voigt le dio un par de palmadas en la espalda a Gárate, le estrechó la mano y se retrasó discretamente dejando que el español gozara de su triunfo, que le diera tiempo a señalar su abdomen para dedicarle ese gran momento a Eider, su esposa, que le anunció el día anterior que estaba embarazada, que esperan su primer hijo.

Haciendo amigos.

"Por táctica del equipo no trabajé nada en la fuga. No hubiera sido justo que ganara la etapa", dijo Voigt. Hubo quien pensó que era un modo de protestar por la redada antidopaje en España. Qué mejor manera que regalar el triunfo al campeón del país. Pero Bjarne Riis, director del CSC, puede ser cualquier cosa menos tonto y no iba a dejar que uno de sus corredores hiciera un alegato al dopaje. Me inclino más en pensar que quiere hacer amigos para el Tour. El miércoles Basso no le disputó el triunfo a Piepoli (Saunier Duval) y ayer el regalo fue para el Quick Step. ¿Quién sabe si Basso precisa un favor en el Tour?

Ayer no lo necesitó. El italiano llegó sobrado, como siempre. Mientras que Quique Gutiérrez sufrió, pero sólo cedió 24 segundos sobre Simoni. Ya sólo le queda resistir hoy.

Gárate "Tuvo un gesto de caballero"

Voigt ha tenido un gesto de caballero que no podré olvidar. A este Giro llegué retrasado de preparación y me di cuenta de que el podio era imposible. Mi opción era buscar una victoria de etapa para dedicársela a mi mujer".

Quique G. "Sólo me queda el Mortirolo"

En la ascensión final vi que Simoni y Basso iban a terminar de sacarme de punto y preferí seguir a mi ritmo. Aún tengo una buena ventaja para manejarme. Ya sólo me preocupa el Mortirolo, es el peor puerto para mis características".