La primera impresión que tienes es que Manolo Santana es como Graham Bell o Thomas Alba Edison, un inventor. Pero no es exacto. Se parece más a Hernán Cortés o a Francisco Pizarro, porque es un descubridor y un conquistador. Su hallazgo fue el tenis, poco más que una práctica extravagante en la España de los 60. Su otro mérito fue ser el mejor, el número uno, conquistar el santuario, ganar Wimbledon.

No hace falta haberle visto jugar para sentir que Santana es, como Ferrari o Merckx, el nombre de un mito, uno de los apellidos del deporte, la primera palabra que te viene a la cabeza cuando agarras una raqueta, e iré más allá: cuando coges una sartén. Así, igual que al volante de un 127 tuneado eres un Fittipaldi, sobre una pista de tenis eres un Santana o ya quisieras.

Pero lo mejor de todo es que a este monumento dejan acercarse y es afable y atento, tan educado como imaginas a los caballeros ingleses que inventaron el tenis y tan inalterable al paso del tiempo como las estatuas del jardín botánico.

Junto al mito, Juan Carlos Ferrero, el hombre que dio la primera Copa Davis al tenis español con un inolvidable passing de revés a dos manos. El destino de ambos está unido por ese golpe. Digamos que en ese partido histórico, jugado en el 2000, Santana había disputado los dos primeros sets 30 años atrás, cuando jugó dos finales de la Davis (1965 y 1967) y abrió el camino de lo que acabaría siendo el tenis en España.

Santana y Ferrero visitaron ayer el Foro Ferrándiz-AS para recordar esos momentos y para hablar de su presente, que en el caso de Santana es el Masters Series de Madrid y en el de Ferrero retomar una brillantísima carrera deportiva que fue interrumpida por las lesiones. Como se puede suponer fue inevitable hablar del tiempo. Del tiempo de Nadal y de Federer.

Para introducir la cuestión un vídeo que muestra la victoria de Santana en Wimbledon y otro que rememora la Davis de Ferrero. "Siento una envidia tremenda cuando veo cómo ganó Juan Carlos ese punto tan importante. Yo jugué dos finales en blanco y negro, en hierba, y al ver esa Copa se me cae la baba. Luego, cuando la logramos por primera vez, no tuve la suerte de estar en Barcelona. La amargura de no estar allí se compensó con mi presencia en el Roland Garros que ganó Ferrero. Recuerdo que me acerqué a él y le dije: ¡Qué oportunidad tienes de ganar esto!".

"La Davis ha sido muchísimo para el tenis y para este país. Yo gané dos veces Roland Garros, pero nadie sabía ni lo que era eso. Pero cuando en el 65, en Barcelona, España ganó en la Davis a Estados Unidos todo el país estuvo pendiente. Me siento superorgulloso de haber contribuido a que el tenis sea ahora un deporte conocidísimo en España, gracias también a jugadores como Juan Carlos Ferrero. Tarde o temprano volverá a ganar Roland Garros... porque Nadal no puede ganar siempre", sonríe Santana.

"Lo que recuerdo de aquel partido en el Sant Jordi es que no le di la importancia que lo doy ahora. Tenía 20 años, era mi debut en la Davis y creo que hasta debí pensar: ¡No me ha costado tanto! Necesitas que pase el tiempo para entender lo que has hecho. Aquello me hizo crecer como jugador y adquirir una experiencia increíble, sentir la responsabilidad de tener a un país detrás", recuerda Ferrero.

El reto. Roland Garros, que comenzará la próxima semana, sale al paso en todo momento. ¿Es favorito Ferrero? "Yo tengo la experiencia de haber ganado el torneo en 2003... Sé que Rafa (vencedor en 2005) y Federer son los favoritos, pero en siete partidos puede pasar de todo y físicamente me encuentro muy bien".

Después de su fulgurante irrupción en el tenis (número uno en 2003), Ferrero (ahora 27º del ránking) se ha acostumbrado a explicar dónde estuvo los dos últimos años. "Hace tiempo que estoy bien, sólo sufrí una varicela y un problema en las costillas". Aunque la memoria sólo retiene títulos, la pasada temporada, alcanzó dos finales (Barcelona y Viena).

Hay pocos deportes que, como el tenis, se atrevan a sembrar dudas sobre un deportista de 26 años. "Yo me sigo entrenando cada día para ganarlo todo y con respecto a aquel chico que ayudó a ganar la Davis con 20 años noto pocos cambios a excepción de alguna arruga y mucha más experiencia... Las ganas siguen siendo las mismas".

En cuanto salen a colación los elogios a Nadal y Federer, Santana pone orden: "Roland Garros no es sólo cuestión de dos. Ferrero está en activo y puede ganar a cualquiera". Hecha la aclaración, las explicaciones: "El mejor tenista que he visto ha sido Rod Laver, que ganó el Grand Slam dos años seguidos, en 1962 y en el 68. De los más recientes, me gustaba mucho Sampras, pero creo que Federer le está superando. El suizo es el tenista más completo de los últimos años y es increíble en la red, pero Nadal lo ha ganado en los últimos partidos y es el principal favorito en París".

Ferrero tampoco regatea alabanzas: "Lo mejor de Rafa es que mentalmente es muy fuerte y físicamente posee un talento innato. Tal vez no desborda con sus golpes, pero, como no se rinde, estás obligado a ganarle constantemente. En cualquier caso, Federer tiene una técnica magnífica y algún día acabará ganando Roland Garros".

"Si tuviera que jugar contra uno de los dos en la final de Roland Garros elegiría a Nadal, porque si yo no ganara, al menos lo conseguiría un tenista español. Y conste que Nadal es más complicado, porque es zurdo y sus efectos vienen cambiados...". Sería una gran final, desde luego.

Si la Davis dejó de ser una asignatura pendiente (triunfos en 2000 y 2004), ya toca renovar la victoria de Santana en Wimbledon de hace 40 años, aunque no será fácil. "Roland Garros está muy cerca y tenemos poco tiempo para entrenar sobre hierba", explica Ferrero. "El año pasado pude prepararme mejor porque me eliminaron pronto en París y llegué hasta octavos en Wimbledon".

"Sin duda, deberían dar más tiempo. Recuerdo que los dos años que yo gané Roland Garros luego en Wimbledon me eliminaron unos paquetes. Por eso decidí no jugar en París dos años para prepararme en condiciones sobre hierba. Además, quería demostrar que también podía vencer allí y ganarme el respeto de los anglosajones". En aquellos tiempos, recuerda Ferrándiz, "cuando yo viajaba a Estados Unidos algunos desconocían dónde estaba España, pero muchos me preguntaban por Manolo Santana".

Toñín El torero, madridista irreductible, tercia entonces para dedicar una poesía a los invitados, los dos blancos: "Dos leyendas tengo frente a mí y por eso estoy orgulloso de estar aquí y de gritar con ellos: ¡hala Madrid!".

Santana recuerda que jugó la final de Wimbledon con el escudo del Madrid y que Bernabéu le nombró socio de honor, con la insignia de brillantes.

"Lo mío es más complicado al vivir en Valencia pero el Madrid se ha portado siempre bien conmigo y también me han nombrado socio de honor", dice Ferrero, que descubre sus planes de futuro: "Ganar Roland Garros y Wimbledon. No (ríe), busco tener buenas sensaciones y disfrutar... si lo consigo, lo demás irá llegando...".