Tiger resiste en su trampa y Olazábal sufre demasiado

Suerte que el Masters dura cuatro días (en principio), y que el Augusta National pasa factura a todos sus golfistas. Sólo desde ese prisma se puede sacar un ápice de optimismo tras la ronda inicial de José María Olazábal. Su 76 (+4) estuvo plagado de bogeys (7), de nervios y de salidas falladas. Ahí el campo no perdona, alargado o no, así no. Hoy deberá apresurarse a restar golpes (como ayer en el 13 con un eagle de lujo) si quiere pasar el corte.

Con el paso del jueves, la gran vuelta de Vijay Singh iba tomando cuerpo. Sus 67 golpes, conseguidos por su tino con el putt y la bonanza del tiempo, no sólo representan un buen arranque. Es la peligrosa señal de que el número dos del mundo ha vuelto, que ya sonríe como lo hizo en 2000 cuando se vistió de verde. Y junto a él, Rocco Mediate, un clásico de los jueves, el joven Clark y Goosen.

Todos ellos estuvieron ayer extrañados ante el inicio de Tiger Woods. "Ahora juego al golf diferente. Puedo fallar, pero no es lo mismo cuando pienso que mi padre está enfermo en la cama", dijo el miércoles, Por eso ni se inmutó. Ni con el eagle en el 14 desde fuera de green, ni con el doble bogey (7) en el ahora largo hoyo 15 (al agua con el tercer golpe). Tiger fue víctima del nuevo Augusta, un campo hecho "contra" él. Por la tarde, Sergio García caminaba con sus pantalones naranjas con sus viejos problemas. Su putt fallado en el hoyo 11 es el ejemplo. Rondaba el par, bien por él, como también con Miguel Ángel Jiménez. Pero es que todavía queda tanto...

Jiménez: "Casi ganó al campo"

La vuelta de par de Miguel Ángel Jiménez le dejó un sabor agridulce: "He tenido opciones de ganar al campo. He jugado bastante bien al golf, que no es lo mismo que pegarle bien a la bola. No estoy todo lo fino que quisiera, pero acabo satisfecho con el resultado", dijo tras su ronda inicial en el Augusta National. Jiménez notó los cambios en el campo, por lo que tuvo que jugar con "tiento".

El capitán de la Ryder, tiroteado

Tom Lehman, capitán del equipo estadounidense de la Ryder Cup, se vio involucrado de forma involuntaria en un incidente en la noche previa al Masters tras recibir su coche un impacto de bala cuando circulaba por una calle de Augusta. La policía detuvo a un hombre relacionado con el disparo.