Samuel Sánchez reventó a todos en el Muro de Lerín

A buen seguro que los equipo belgas que están aquí pasarán informes de la etapa de ayer de cara a la Flecha Valona, que se disputa dentro de dos semanas: "Hay un españolito, un tal Samuel Sánchez, que se ha salido en una etapa que tiene un final calcado al del Muro de Huy". El Muro de Lerín, vamos a llamarle así, tiene 1,2 km, con un desnivel medio del 8,7% y una rampa final, de unos 300 metros, del 15%. Allí estaba el final de la 3ª etapa de la Vuelta al País Vasco. Y allí Samuel Sánchez dio su segundo recital consecutivo y consiguió a su vez la segunda victoria del año para Euskaltel.

Fue como un sprint a cámara superlenta, con los ciclistas en pie y pegando patadas a los pedales, más que pedaleando. Gómez Marchante, siempre valiente, arrancó desde abajo y tras él salió Bertagnolli, que terminó superándole.

Rápido.

Rebellin ya estaba en el sitio para ganar cuando de pronto salió Samuel Sánchez, como un coloso, imparable. Rebellin, que ganó la Flecha Valona en 2004, fue segundo; Di Luca, que se la llevó en 2005, sólo 16º, a 14 segundos; Valverde, para el que fue demasiada cuesta, el 13º.

Antes de llegar a ese imponente muro, hubo varios intentos de escapada. El más serio lo protagonizaron el navarro Egoi Martínez y el colombiano Iván Parra, que estuvieron por delante durante 66 km (del 60 al 126), pero no les dejaron coger más de 3:43. Había muchos gallos que querían esta etapa.

A pesar de los competitivos finales, quince corredores sobreviven a 25 segundos del líder, a tiro para ganar la carrera en la contrarreloj final de Zalla. Contador, Evans, Colom, Sinkewitz, Aitor Osa y Azevedo se presentan como favoritos. Y Samuel Sánchez, no olvidemos que está en estado de gracia, que la crono tiene dos repechos y que la afición de dará alas.

El depredador vuelve a recuperar su olfato

Samuel Sánchez (Oviedo, 5-2-1978) vestía el maillot del equipo de José Manuel Fuentes 'Tarangu' y tenía nueve años cuando disputó su primera carrera. Y la ganó. Su facilidad para imponerse en los últimos metros le hizo que se olvidara de otros deportes que también practicó: el esquí de fondo, el cross y el fútbol (jugaba de portero). Samuel aburría a sus coetáneos. "Siempre nos ganaba", recuerda su paisano Santi Pérez. El Olarra se fijó en él y con 18 años se trasladó a vivir a Güeñes (Vizcaya) y en 2000 fichó por Euskaltel. Toda la facilidad que tenía para vencer se disipó al pasar a profesionales. Hasta que el año pasado ganó la etapa de la Bien Aparecida en la Vuelta a España. Este éxito ha despertado su olfato de depredador.