Rienda: "A veces cambiaría los triunfos por una medalla en los Juegos"

Ya sé que me va a decir que no está para eso, pero con su victoria en Hafjell ha vuelto a callar muchas bocas, ¿no?
Yo no estoy aquí para cerrar bocas. Pero este deporte hay que conocerlo y una vez que se conoce bien, se puede opinar con fundamento. Además, es más difícil sacar lecturas positivas que negativas.

Los últimos días han sido intensos y en una semana ha pasado de un polo al opuesto. ¿Qué ha pasado por su cabeza últimamente?
Después del gigante de Turín, necesitaba descansar, desconectar, porque para mí fue un palo. Luego me vino bien volver a entrenar, volver a la rutina, para cambiar el chip. Y la verdad es que ganar otra vez me vino fenomenal, porque el trabajo estaba hecho. Un mal día lo tiene cualquiera y lo de los Juegos fue una pena. La Copa del Mundo premia más la regularidad. Y es una lástima que alguien catalogue a un deportista por una sola carrera.

El segundo puesto en la general de la Copa del Mundo de gigante ya no se lo quita nadie, a falta de una prueba. Y tiene posibilidades de ganarla. ¿Piensa en ello?
(Ríe) No va a depender sólo de mí. (La sueca Anja) Paerson no puede quedar por encima del cuarto puesto.

Cuántas tonterías tuvo que escuchar después de acabar decimotercera en Turín'06?
Hombre, la gente que entiende poco, es normal que diga cosas sin saber mucho lo que dice. Pero por lo que me han contado, en España me han tratado muy bien y me han seguido con mucho cariño. Sé que hubo gente que ni conozco que se emocionó mucho con todo esto. Y vosotros los de la prensa también me habéis tratado bien.

¿Puede explicar qué sucedió con la Ceremonia de Clausura? Hay quien dice que se negó a portar la bandera en el cierre.
Para nada. Yo nunca me negué a nada. El asunto es que, después de la carrera, no quería seguir en Sestriere. Y, por eso, decidimos que el domingo por la mañana, nos íbamos Angel (su marido) y yo a descansar. Necesitaba desconectar y salir de ahí, porque me ahogaba. Otra cosa es que todo el asunto se gestionara mal por parte de los que se encargaban de llevar los asuntos con la prensa y alguien anunció una cosa sin haber hablado conmigo. Yo no me puedo negar a llevar una bandera en una ceremonia en la que no voy a estar. Es absurdo. Pero el que lo entienda, bien. Y el que no, pues no puedo hacer nada al respecto.

Tiene 30 años ¿Hasta cuando piensa seguir esquiando?
Ya se verá... yo intentaré seguir todo lo posible, pero dependerá de mi estado físico, de los resultados...

Se ha puesto a ganar carreras como loca y esta temporada ya van cuatro. ¿Se ha planteado una cifra como objetivo?
No. Una no se marca un número determinado. Yo voy a intentar ganar el mayor número posible de carreras. Pero no es fácil. Lo importante es la regularidad.

Todas son importantes, pero la victoria del domingo, después del disgusto de los Juegos, fue muy especial, ¿no?
Todas las victorias son especiales, pero está claro que ésta me vino muy bien, en un buen momento.

¿Cambiaría los cuatro triunfos de esta temporada por la medalla olímpica?
Son cosas diferentes, cada una tiene su valor. Por un lado, sí lo cambiaba, pero por otro, no. Yo soy una deportista de continuidad, no soy la sorpresa de un día. La Copa del Mundo premia la regularidad y los Juegos son una vez cada cuatro años. Y te lo juegas todo en un día. No se pueden mezclar ambas cosas.

¿Cómo se siente ahora mismo?
Estoy muy contenta otra vez, lo estamos todos en el equipo, pero parece que nos ha pasado un tren por encima de lo cansados que estamos. Desde el día 9 (de enero) llevamos danzando por todo el mundo.